Ocho personas han sido detenidas en Melilla por su supuesta
implicación en los disturbios que se iniciaron el pasado
martes por la tarde en Melilla y que se han prolongado hasta
la madrugada de ayer miércoles en distintos barrios
periféricos de la ciudad.
El delegado del Gobierno, Gregorio Escobar, ha comparecido
en rueda de prensa, acompañado de los jefes policiales de la
ciudad, para explicar las consecuencias de los incidentes
que se han saldado hasta ahora con ocho detenciones, así
como un subinspector herido por el impacto de una piedra en
la cara, además de otros tantos contusionados, que no han
requerido baja en el servicio.
Los primeros indicios de las investigaciones realizadas
apuntan a que la concentración, que comenzó a las 16:00
horas en la Cañada de Hidum, no fue espontánea, sino que
hubo “movimientos previos” para provocarla.
Según Escobar, se está trabajando por parte de la Policía
para determinar a quién corresponde la autoría intelectual
que pudo instigar los disturbios, por lo que no se descartan
nuevas detenciones.
El delegado ha destacado que los participantes en los
incidentes, que se prolongaron durante varias horas en
distintos puntos de Melilla, constituían un grupo “muy
reducido” de personas, entre los que se apreciaba una
presencia abultada de menores.
Los provocadores formaron barricadas con neumáticos y con
maderas, a las que prendieron fuego, por lo que fue
necesario establecer un dispositivo policial de contención,
para evitar que se extendiesen a otras zonas.
Según Escobar, fue precisamente ese intento de romper el
dispositivo policial lo que propició el empleo de material
antidisturbios.
La actuación de un interlocutor, solicitado por los propios
jóvenes, propició un parón en la actitud violenta que, sin
embargo, poco después fue retomada por “grupos aislados” en
otros barrios de la ciudad, también periféricos, como el del
Monte María Cristina.
Estas personas también mostraron una actitud violenta, al
provocar un corte de luz en la zona, lanzar piedras y tratar
de evitar la salida de camiones del servicio de limpieza.
Ante esta situación se estableció otro dispositivo, en el
que además de agentes de la Policía Nacional, también
participaron de la Guardia Civil, que consiguieron disolver
la revuelta.
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