Un hombre ocupó ayer el banquillo de los acusados del
Juzgado de lo Penal por un delito contra la salud pública
que le imputaba la representante del Ministerio Fiscal en la
ciudad y que, finalmente, reconoció ante el tribunal de la
sala.
El procesado, que fue detenido el pasado 23 de septiembre en
la zona de preembarque de vehículos de la Estación Marítima
por los agentes de la Guardia Civil, confesó que en tal
fecha llevaba ocultos, en un doble fondo de ambas aletas
delanteras de su vehículo, 25 kilos que iban distribuidos en
75 bloques de la sustancia.
Ante tales hechos, la magistrada del Juzgado de lo Penal
número 1 dictó sentencia condenatoria para el encausado, que
tendrá que hacer frente a la pena de tres años y cuatro
meses de prisión y una multa de 35.833 euros, con tres días
de responsabilidad personal subsidiaria en el caso de que no
abone dicha cuantía económica.
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