Un hombre ocupó ayer el banquillo de los acusados del
Juzgado de lo Penal por un delito contra la salud pública
que le imputaba la representante del Ministerio Fiscal en la
ciudad y que, finalmente, reconoció ante el tribunal de la
sala. El procesado, que fue detenido el pasado 16 de
septiembre en la zona de preembarque de vehículos de la
Estación Marítima por los agentes de la Guardia Civil,
confesó que en tal fecha llevaba ocultos, en la rueda de
repuesto de su vehículo, más de 26 kilos de resina de hachís
con el objetivo de cruzar el Estrecho para, posteriormente,
distribuirlos por la península. Ante tales hechos, la
magistrada del Juzgado de lo Penal número 1 dictó sentencia
condenatoria para el encausado, que tendrá que hacer frente
a la pena de tres años y cuatro meses de prisión y una multa
de 38.012 euros, con tres días de responsabilidad personal
subsidiaria.
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