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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 27 DE OCTUBRE DE 2010

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Merecido homenaje
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Es lo que ha hecho la Ciudad con Juan Carlos García Bernardo, cuyo nombre aparece ya en una de nuestras calles, por merecimientos propios, debidos a su trabajo en Ceuta y por Ceuta.

Era el hombre de los festejos, una parcela compleja y más complicada de lo que parece, si es que se quieren hacer bien las cosas, y él siempre quiso hacerlas bien.

Él lo hizo bien, muy bien a ratos y, en pocas ocasiones se equivocó, porque vivía, a lo largo del año, con y por sus preparativos.

Ayer me decía una persona, ajena al Ayuntamiento y al partido en el que militaba García Bernardo:” No ha habido ferias mejor organizadas que las de Juan Carlos”.

Y ese es el parecer de una gran parte de ceutíes, especialmente de aquellos que viven las ferias y las demás fiestas quedándose aquí en vez de irse a sus casas de la Costa del Sol.

La opinión de estos, porque lo conocen, me parece totalmente válida y la asumo como mía, a la hora de “festejar” esta decisión que ha tenido la Ciudad con uno de los suyos.

Y es que, cuando hay que hablar de alguien que ya no está entre nosotros, casi siempre se habla bien, aunque sea para no desentonar, pero en este caso lo que sería desentonar, sería no hablar o sacar a colación cosas negativas que no aparecen en su currículo.

Porque García Bernardo ha sido un servidor público modélico y ejemplar, que no escatimó, jamás, un esfuerzo, con tal de que las cosas salieran, cada vez, un poco mejor.

Es, posiblemente, éste una de las excepciones de los muchos que se dedican a lo público y pasan días, semanas, meses o, incluso, años “sin dar un palo al agua”, por estar esperando que llegue el final de mes, para recoger su paga.

Aquí, repito, está la excepción, en el hombre preocupado, lo primero para que las cosas estuvieran en su sitio, y luego para no marcar, ni manchar la imagen de Ceuta en su parcela.

Y si esto es loable, que lo es, mucho más hay que alabar al hombre sencillo, humilde y generoso, que jamás entró en un terreno que no fuera el suyo y, mucho menos, jamás “empujó” a nadie para hacerse él un sitio más ancho.

Estaba en su sitio, a veces por detrás de donde le correspondía, pero siempre fue hombre honrado, fiel a sus principios, amigo de sus amigos, seguro en sus convicciones y enemigo de nadie.

Ahora, estoy seguro, más de una persona, cada mañana llegará hasta la calle que ya lleva su nombre, mirará el rótulo de la calle, se acordará de García Bernardo y se irá diciendo:” era de los míos , mañana volveré a honrarle con mi visita”.

Y a partir de ahora, con todos los preparativos para las fiestas navideñas, más de uno, de los que actúan en esa parcela que él llevó, se encomendarán a él para que los errores y las comparaciones, ya incomparables, no afloren a la mente de nadie.

Si de bien nacidos es ser agradecidos, con este detalle, Juan Vivas y sus colaboradores más cercanos, han demostrado que tienen corazón y que saben valorar el presente, pero también el recuerdo de las buenas gentes que ya nos han abandonado y ni están, ni estarán jamás con nosotros.

Fue una gran idea, el poner a una calle de Ceuta el nombre de Juan Carlos García Bernardo, y fue una idea perfecta, porque este hombre ha dejado un recuerdo imborrable en nuestra ciudad.
 

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