Nueve meses de prisión, dos años de alejamiento e
incomunicación y otros dos años de prohibición para la
tenencia y porte de armas fue la pena solicitada por la
representante del Ministerio Fiscal en la ciudad para un
hombre que ocupó el banquillo de los acusados por un delito
de malos tratos, del que se declaró inocente argumentando
que sólo había discutido con su mujer. Mientras que esta
manifestó que la había “agarrado por el cuello” y amenazado
“de muerte”.
Un hombre ocupó ayer el banquillo de los acusados del
Juzgado de lo Penal por un delito de malos tratos que le
imputaba la representante del Ministerio Fiscal y por el que
pedía una pena de nueve meses de prisión, dos años de
alejamiento e incomunicación hacia la presunta víctima y
otros dos años de prohibición al porte y tenencia de armas.
Mientras que la defensa abogó por la absolución de su
cliente esgrimiendo que los alegatos de la acusación no
habían conseguido resquebrajar el principio de presunción de
inocencia.
Los hechos tuvieron lugar el pasado 6 de septiembre, fecha
26 en el calendario musulmán que por aquella fecha estaba
finalizando el Ramadán. Según lo declarado por el acusado,
se encontraban en el domicilio familiar y ambos iniciaron
una disputa como consecuencia del problema económico que
sufrían, cuando en esa cita, lo usual para el colectivo es
comprar ropa nueva para dar por concluido el mes del ayuno.
“Es cierto que nos peleamos porque os niños no tenían ropa
nueva pero jamás la toqué, ni insulté, ni amenacé”,
argumentó el procesado. La denunciante, sin embargo, sostuvo
que en dicho enfrentamiento su marido la había “agarrado del
cuello, me llamó hija de puta, me amenazó con matarme y me
tiró al suelo. Estos golpes me rompieron el interior de una
funda dental y me pusieron el ojo negro, además de múltiples
moratones por todo el cuerpo”. Como testigo acudió la madre
del imputado, que recalcó que el día de los hechos su nuera
y sus nietos fueron a su casa a cenar, sin notar “nada
extraño ni pelea de ellos. Vamos, que nos reunimos porque
era el día de ayuno de los niños pequeños y ese día se les
daba leche y dátiles, tal y como aparece en la fotografía”.
Y es que esta y otra imagen, fueron pruebas de la defensa
para demostrar que la presunta víctima “miente”.
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