La competitividad ceutí está por los suelos. Así lo refleja
al menos el ‘Índice de Competitividad Regional de la UE
2010’ que ha elaborado la Dirección General de Política
Regional de la Comisión Europea y el Instituto para la
Protección y la Seguridad de la Ciudadanía, que sitúa a la
ciudad autónoma en seis de los siete indicadores
regionalizados entre los diez peores puestos de las 268
regiones analizadas. Sólo en el de Salud, que afecta al
bienestar del capital humano, obtenemos una calificación
notable que lleva a Ceuta al puesto 84. En todos los demás
no mejora el puesto 259 y sólo adelante, en general, a
algunas Regiones Ultraperiféricas.
La Dirección General de Política Regional de la Comisión
Europea y el Instituto para la Protección y la Seguridad de
la Ciudadanía han desarrollado un índice para medir la
competitividad de las 268 regiones de la Unión Europea que
deja en una posición muy precaria a Ceuta. Este índice
analiza aspectos como la capacidad de innovación, el sistema
educativo o la calidad del sistema institucional con el
objetivo de “comprender cuáles son las fortalezas y
debilidades de cada región”.
Las fortalezas ceutíes son, en este sentido, muy escasas. Al
menos si se las compara con las del resto de regiones de la
Unión. En seis de los siete pilares analizados la ciudad
autónoma se sitúa entre las diez zonas peor calificadas del
informe.
El único indicador en el que Ceuta salva la cara es en el de
Salud, dedicado a “la descripción del capital humano en
términos de estado de salud y bienestar, con especial
énfasis en la fuerza de trabajo”, donde alcanzamos el puesto
84 en un listado que lidera Flevolanda, una de las doce
provincias que conforman el Reino de los Países Bajos, que
cierra Lituania y en el que Madrid (7) es el territorio
español mejor calificado.
España es uno de los países que presenta una mayor
disparidad regional en cuanto a competitividad, apareciendo
Madrid, Cataluña, el País Vasco y Navarra muy por delante de
las otras Autonomías y sobre todo de Ceuta y Melilla, que
sistemáticamente se sitúan entre las peor valoradas.
Así ocurre, por ejemplo, cuando se analiza la
infraestructura de alta calidad de cada región, obviamente
crucial “para el funcionamiento eficiente de la economía”.
Tras revisar las carreteras, ferrocarriles, puertos y
transporte aéreo, así como la calidad de suministro de
energía y telecomunicaciones, de cada región Ceuta es la 263
con peor cualificación. El mejor nivel se encuentra en
Berlín y, dentro de España, en Madrid (56). Por detrás de la
ciudad autónoma sólo aparecen Melilla y otras Regiones
Ultraperiféricas como Guadalupe, Reunión o las Azones.
Educación y formación
A la hora de mirar nuestra potencialidad en educación
superior y formación bajamos un puesto (hasta el 264) y nos
supera hasta Melilla (263). Lidera la tabla la región de
Finlandia Meridional y por detrás de Ceuta sólo está el
italiano Valle de Aosta, Martinica, Guadalupe y la Guayana
francesas. Este pilar parte de que “si la educación básica
es el punto de partida de una mano de obra dúctil y
eficiente, una mayor la educación y la formación continua
son fundamentales para las economías”.
Si el entorno ideal para el intercambio de bienes es el que
cuenta “con el mínimo de obstáculos a la actividad
empresarial a través de la intervención del Gobierno” el de
Ceuta (265) es el cuarto peor de la Unión Europea, sólo por
delante de Melilla, la Guayana y las Azores.
Los tres aspectos principales analizados en este ámbito son
las distorsiones, la competencia y la eficiencia del
mercado. La región mejor valorada es el archipiélago
finlandés de Aland y en nuestro país, Cataluña (130).
Es fácilmente comprensible que el tamaño del mercado de
Ceuta la deje en un paupérrimo puesto 263 en el análisis de
este pilar, en el que Melilla se sitúa última. Gana, claro,
Londres, y Madrid alcanza el puesto décimo.
El sexto pilar de competitividad regionalizado es el que
atañe a la sofisticación financiera: facilidad para acceder
a los préstamos, fuerza de protección de los inversores...
Un sector financiero que funcione bien proporciona el marco
adecuado para el crecimiento empresarial y las inversiones
del sector privado y Ceuta tiene el noveno peor. París, el
mejor.
El último pilar computado por regiones se refiere a la
innovación tecnológica, un factor dinámico de la
competitividad particularmente importante en los países más
avanzados que ya han llegado a una etapa superior de
desarrollo y que no pueden mejorar su productividad si no es
inventando productos y procesos innovadores para mantener y
mejorar su nivel.
Llegamos en es ámbito al puesto 261 en una tabla que
encabeza Estocolmo y en la que la ciudad de Melilla aparece
considerablemente mejor valorada (248).
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