Mi incorporación al “C.P. Juan
Morejón” se produjo en el curso 91-92, cuando ya mi ciclo
había finalizado en mi otro Colegio “Santiago Ramón y Cajal”,
(“Convoy de la Victoria”), de gratos recuerdos, después de
veinte años de dedicación a la enseñanza. En este centro
viví, con entera satisfacción los años de la Ley General de
Educación, la Enseñanza General Básica.
Finalizando el curso 90-91, recibí una llamada telefónica de
un compañero, felicitándome porque me habían concedido la
plaza que yo había solicitado, y que, por la competencia que
existía, yo no esperaba que mi cambio de centro se
produciría. ¡Estaba muy “caro” obtener plaza en “el Morejón”.
Los méritos aportados no eran otros que tener más antigüedad
que otros solicitantes. Así que el curso 91-92, ya lo empecé
en mi nuevo Centro.
En estos días se cumplen los emblemáticos 25 años del “Morejón”.
Para tan feliz aniversario, se han programado significativos
actos, como la celebración de una comida de hermandad, con
asistencia del Claustro del Maestros y algunos veteranos,
maestros y maestras, ya jubilados, con lo que tuvimos una
gran oportunidad de conectar con los antiguos compañeros y
los nuevos de reciente incorporación.
Los orígenes del Centro se remontan a los primeros días de
Octubre de 1985, y alumnos y maestros procedían de las
extintas aulas de las denominadas “Anejas” del Instituto
“Siete Colinas”, que eran la “cantera” de alumnos que se
promocionaban al Instituto para aquellos que, libremente, lo
desearan, para iniciar su Bachillerato Elemental. Entre los
maestros se encontraba D. Juan Morejón, que daría nombre al
actual centro, por expreso deseo de sus compañeros.
El primer Director del Centro fue D. Pablo González que, al
dejar el cargo para ocupar otras responsabilidades en la
Administración Educativa; le sustituyó Dª María de Dolores
Morcillo, que continúa ejerciendo el cargo con la misma
eficacia de siempre. Junto a la Sra. Morcillo quedan de
aquellos maestros que iniciaron la “mudanza”, dos maestras
más: Dª María del Carmen del Corral y Dª María Teresa Díaz.
Junto a la comida conmemorativa, el Centro ha programado una
serie de actividades como una exposición de fotografía
antiguas, realización de dibujos y maquetas, redacciones,
composiciones poéticas…, incluso, por tal efemérides, se ha
compuesto un himno, donde se pone de relieve la función
principal de la escuela: el estudio y la búsqueda de un
mundo mejor.
En esos años de la EGB y, posteriormente, de la ESO, cuando
en los centros de Enseñanza Primaria acogían los dos
primeros cursos de la ESO, 1º y 2º, se llevaron a cabo
proyectos de sumo interés, como un programa especialmente
diseñado para Educación en valores, enraizado en el Centro,
la introducción de la Prensa en el aula y la colaboración de
una Revista Escolar con tirada trimestral y amplia
participación del alumnado, desde Educación Infantil hasta
los cursos superiores, “Mi Colegio”, que así se llamaba, y
que en la actualidad sigue editándose, para satisfacción de
todos.
Fue muy importante, por otra parte, la participación del
Centro en Proyectos Educativos Europeos, un reto muy
personal de la Sra. Directora, apoyada por el Claustro. Me
atrevo a decir que se trataba de un hecho insólito en
nuestra ciudad, con intercambios de experiencias educativas
en localidades de países de la U.E. Una labor entusiasta,
repito, liderada por la Sra. Directora.
Nuestro centro, “Maestro Juan Morejón” recibió del
Ministerio de Educación un Diploma (Diciembre de 1998) como
reconocimiento por haberse distinguido en el desarrollo y
aplicación del PLAN ANUAL DE MEJORA, durante el curso
1997-98, y por su contribución a la calidad de la educación.
Es de destacar, en estos tiempos, que el C.P. “Maestro Juan
Morejón”, ha sido pionero en la nueva tecnificación de los
centros educativos en nuestra ciudad. Una sala dedicada a
poner en marcha los nuevos elementos: la pizarra interactiva
(PDI) con proyector, ordenador y el “blig”, borrador con las
mismas funciones que el convencional; con treinta
ordenadores. Y cada aula dotada de un ordenador…
De nuestras aulas han salido alumnos muy cualificados que
ejercen importantes puestos en la Administración, Ejército,
Policía Local, Policía Nacional, Guardia Civil… otros
brillan o han brillado en el mundo del deporte, donde no hay
más remedo que mencionar al mejor del mundo en el waterpolo,
Guillermo Molina, del que conozco como alumno su
trayectoria, ya que en la ESO fue alumno de mi tutoría.
Por lo que se refiere a los responsables del día a día de la
escuela, esos maestros y maestras que se entregan para que
sus alumnos y alumnas obtengan una gran formación, sería
exhausto mencionar a todos Pero no quiero que este apartado
quede en blanco.
Por ello tengo que referirme a un gran compañero, un gran
profesional: Pepe Pardo. Otros que lo hayan conocido,
pensarán lo mismo que yo. Yo lo conocía a través de otros
compañeros, cuando él, muy jovencito, daba clases de
Matemáticas a alumnos de Bachillerato. Era un enamorado de
su profesión, dejando una huella muy profunda en aquellos
centros donde prestó sus servicios, hasta tener la suerte el
“Morejón” de incluirlo en su plantilla.
Como si fuera un rito, Pepe, cuando no tenía
responsabilidades de vigilancia en el Recreo, desde su clase
se trasladaba a la Sala de Maestros, portando todos los
cuadernos de Matemáticas de sus alumnos y, mientras otros
compañeros desayunaban, él se dedicaba a corregirlos, porque
era de aquellos que decían que las actividades que les
ponían a los alumnos, eran para corregirlas. Dejó una huella
profunda en el “Morejón”. Cuando se jubiló, todos estuvimos
junto a él. Lo triste fue que, unos años después nos dejó
para siempre en su casa de Torremolinos, no pudiendo vencer
una grave enfermedad.
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