Cuando el sorteo emparejó a la
Asociación Deportiva Ceuta con el Fútbol Club Barcelona,
para disputar una eliminatoria de la Copa del Rey, supe
inmediatamente que tan grande acontecimiento sería motivo de
felicidad para muchas personas. Muchísimas. Y también
comprendí que semejante premio llevaba consigo una carga de
envidia que les tocaría en suerte a las que miran de manera
esquinada al hacedor del milagro futbolístico.
Las personas que miran de manera esquinada al hombre que, en
apenas dos meses, consiguió hacer un equipo capaz de
eliminar a tres rivales, a fin de poder participar en un
sorteo en el cual tenía cabida la flor y nata del fútbol
español y, en algunos casos, del mundo, son pocas y están
localizadas.
Mientras las personas de bien, que son mayoría, festejan a
cada paso la oportunidad de ver al Barcelona, y llevan ya
mucho tiempo contando los días que les faltan para tomar
asiento en el Alfonso Murube, las que sienten aversión hacia
al presidente del equipo local, que son pocas y están
localizadas, son presas de una envidia que les está dañando
hasta el tubo de escape.
No hay más que ver el cambio que se ha producido en esas
personas desde que Andoni Zubizarreta extrajo las
papeletas del emparejamiento copero. Son víctimas de una
tristeza que esta pidiendo a gritos tratamiento cuanto
antes. Y lo peor no es que esas personas terminen, si no lo
están ya, intoxicadas de arriba abajo por una envidia que
les anima a desearle mucho mal al vecino del quinto y, sin
embargo, han de comprobar que éste cada día está más crecido
en todos los aspectos y con más don de gentes. Y, por
supuesto, más apreciado por sus comportamientos.
El vecino del quinto es, en este caso, el presidente de la
Asociación Deportiva Ceuta. Quien ha tenido la suerte,
alabado sea quien haya hecho posible tal cosa, de que el día
26, martes por más señas, el Fútbol Club Barcelona sea rival
copero de la ADC. Gracias al presidente de la ADC se viene
hablando de Ceuta, para bien –ya era hora-, en todos los
medios habidos y por haber. No hace falta más que ver el
interés demostrado por quienes hacen el programa ‘El Día
Después’, emitido los lunes en Canal Plus. Y, cómo no, ya
está anunciada la llegada a la ciudad de José Ramón de la
Morena, para darle vida al programa ‘El larguero’, desde
aquí.
Ahora bien, mientras el presidente de la Asociación
Deportiva Ceuta lleva ya varios meses entregado en cuerpo y
alma, junto con el gerente de ‘El Pueblo de Ceuta’, al
equipo local. A fin de ver si más pronto que tarde consigue
un ascenso de categoría, tan anhelado en la ciudad. Cuando
el presidente de la ADC ha sido capaz de poner su dinero por
delante, por cuestiones más que repetidas, y se pasa horas y
horas trabajando para el club, aun a costa de abandonar en
cierta medida sus obligaciones como editor, llegan los de
siempre a ver de qué manera pueden desestabilizar a un
empresario que les ha superado ya en todos los sentidos.
Los tales, a quienes la envidia les puede hasta extremos
insospechados, han decidido jugar, en estos momentos, con
las cartas marcadas. Y han tratado, están tratando, de
ponernos a prueba. Días atrás, les dije que son unos
desgraciados. Hoy, tras conocer algo más sobre lo ocurrido
con nuestra página web, pienso que, además de desgraciados,
son otras muchas más cosas... Y ninguna buena. Faltaría más.
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