Los vecinos de las barriadas en
las que los violentos y sus acólitos han hecho nido deben
apresusarse a dejar claro que no todos los que allí residen
comparten su perfil incívico y delincuente. El suceso de la
noche del viernes al sábado, en la que dos policías
resultaron heridos tras ver cómo decenas de personas les
hacían frente para impedir que hiciesen su trabajo, debe ser
analizado por los representantes institucionales y
policiales para evitar que se reproduzca, pero también por
la comunidad social del Príncipe. Dar cobijo, por acción o
por emisión, a tales elementos acabará repercutiendo
negativamente sobre todo sobre ellos mismos y sus familias.
La Policía no puede dejar desamparados a los demás vecinos
ni estos amparar a los violentos para no establecer un
círculo vicioso de peligrosísimas consecuencias.
|
La última ‘Encuesta de condiciones
de vida’ del INE, relativa al año 2009, demuestra que, sin
poder echar las campanas al vuelo en una ciudad que mantiene
un tercio de población por debajo del umbral de la pobreza,
desde 2004 se ha trazado una línea de mejora económica en
los hogares ceutíes que debe perseverar y, si se puede,
acentuar. Durante los últimos cuatro años se ha reducido a
una quinta parte el porcentaje de familias que no pueden
comer alimentos como carne o pescado al menos cada dos días
y ha caído sensiblemente el de quienes no pueden tomarse ni
una semana de vacaciones al año en una evolución mucho mejor
que la media nacional. Ceuta se aproxima e incluso mejora,
así, las ratios estatales, propósito en el que es
imprescindible seguir trabajando.
|