Lo he dicho y lo mantengo, que me
pareció lamentable los abucheos al presidente del Gobierno
el Día de la Hispanidad pero, al parecer, se han puesto de
moda esa manera de manifestarse de algunas personas, sobre
todo de aquellas a los que les cuesta trabajo llegar a fin
de mes y a los que carecen “de curro”, para llevar a sus
hogares algo con los que poder alimentar a los suyos.
En este país, como nos dé por la moda de los abucheos, eso
no hay quien lo pare. Los españoles somos así, en cuanto
cogemos una “muletilla” ya no la soltamos. Tanto es así que
los otros días en un acto en el que participaba Chaves, se
volvieron a escuchar los abucheos.
Todos los medios de comunicación estuvieron en desacuerdo
con los abucheos al presidente del Gobierno el Día de la
Hispanidad, cosa que como queda dicha compartimos, por creer
que no era el momento oportuno para los mismos.
Algunos periodistas de izquierda, desde sus medios de
comunicación, acusaron a la extrema derecha y a la derecha,
de ser los causantes de semejantes abucheos. Abucheos que de
la misma forma recibieron Felipe González que junto a Suárez
y Aznar, han sido los mejores presidentes del Gobierno
español, desde que se instauró la democracia en nuestro
país.
Me imagino, que no es mucho imaginar que los que abuchearon
a Aznar, no pertenecían a la derecha. Ni, por supuesto,
pertenecían a la derecha todos aquellos que le llamaron
asesino. Como, igualmente, no serían de derechas aquellos
que quemaron banderas españolas, fotos del Rey o la
Constitución en actos cesionistas en Cataluña o Las
Vascongadas.
Hay que tener la misma vara de medir, en todas las
circunstancias, sin inclinarla a un lado u a otro de forma
partidista. No se puede defender la libertad de expresión en
algunos casos, como la quema de banderas, fotos del Rey o la
Constitución y querer condenar esa misma libertad de
expresión por los abucheos al presidente del Gobierno el Día
de la Hispanidad.
O se está con la libertad de expresión o no se está. Lo que
no puede ser es que la queramos aplicar a unos y a otros no.
Lo que es lo mismo para algunos, lo es para todos.
Lo que no tengo muy claro, porque no lo entiendo muy bien,
es que se quiera que los grupos parlamentarios se pongan de
acuerdo para prohibir por ley que se abuchee a Zapatero el
Día de la Hispanidad.
Y qué ley va a prohibir que los casi cinco millones de
parados, los que nos llega para final de mes, los que no
tienen nada, los pensionista que cada vez tienen menos poder
adquisitivo, se les tape la boca par que no muestren su
descontento, sea en el acto que sea. Cuando, por las
necesidades padecidas, manda el corazón, la razón no te hace
caso.
Felipe González, un gran hombre de Estado, padeció en el Día
de la Hispanidad que él puso en marcha, muchas hostilidades
pero jamás se le ocurrió crear una ley para no ser abucheado
en ningún acto donde estuviese presente. Él sabía,
perfectamente, que de sacar esa ley adelante, le daría una
estocada de muerte a libertad de expresión. Lógicamente,
Felipe González, un auténtico hombre de Estado.
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