El famoso dicho de ‘no es más
límpio el que más limpia sino el que menos ensucia’ viene
que ni pintado para las cosas que ocurren en el barrio ceutí
donde lo normal y lo cotidiano rebasa, para el común de los
mortales las situaciones más insospechadas. A la ya tan
conocida conflictividad de la barriada donde la seguridad es
pura quimera, debe añadírsele la evidente falta de vocación
cívica de algunos elementos residentes, legales o no, en
algo tan básico como el cuidado del entorno donde se habita.
Ello obliga a las constantes intervenciones de los servicios
municipales que, para desgracia de los buenos vecinos -que
los hay y muchos-, no luce como debería en lo relacionado
con la limpieza.
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