El concepto de música puede ser muy amplio y variado aunque
a lo largo de la historia los estilos han marcado una
trayectoria de especialización en la que tanto la tecnología
como los instrumentos han marcado épocas a las que se han
unido grandes nombres y formatos.
Desde el gramófono, como primer sistema de grabación y
reproducción de sonido que utilizó un disco plano, hasta la
mesa de mezclas, utilizada de manera habitual en pleno siglo
XXI para la animación de eventos, fiestas y locales, se han
dado un sin fin de fusiones que han tenido como consecuencia
que en la era actual las grandes compañías discográficas
tengan miles y miles de maquetas a la espera de ser
escuchadas. Pues sobre estos, y muchos otros conceptos
históricos, técnicos y prácticos, profundizarán durante
estos tres días 30 jóvenes en la Escuela de DJ’s que está
llevando a cabo la Casa de la Juventud. Rap, progressive,
house, break-beat...Nuevos ritmos que suenan bajo una misma
voz o instrumento pero su simbiosis se alcanza de diferentes
formas, en este caso, a través de los elementos que
conforman la mesa de mezclas. “Los cd players reproducen los
discos y con ellos se puede graduar la velocidad
manualmente. Los tocadiscos utilizan el vinilo y, lo
imprescindible, es la mesa de mezclas, que conecta todos los
aparatos a través de distintos canales para fusionar los
volúmenes”, explicaba DJ Karry, responsable de esta
innovadora escuela musical.
Pero no lejos del alcance de las nuevas tecnologías, mención
aparte merece el concepto de historia, ya que la figura del
DJ no nació bajo el calor de la época moderna actual. “En
1930 y gracias al gramófono, comenzó la escritura del
sonido. El mismo creador de este reproductor fue el primero
que inició la reproducción de música y se vendían los discos
de 10 pulgadas. A partir de ahí, se fueron modificando estos
aparatos hasta la fecha”, relataba DJ Karry.
Este ‘hobby’ o afición puede resultar costosa ya que no sólo
conlleva el conocimiento y manejo de los instrumentos, sino
su práctica con todos los aparatos que lo requieren. De ahí
que esta escuela, que cumple su segunda edición en la
ciudad, tenga un objetivo claro: “Que los chavales sientan
que les gusta mezclar música, que no es sólo el hecho de
poder comprar los elementos, no es una moda. Es comprobar el
disfrute al pinchar”, confesaba DJ Karry.
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