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sucesos - JUEVES, 21 DE OCTUBRE DE 2010


comisaria de colon. archivo.

condena
 

Niega el atentado y las lesiones
a los policías que lo trasladaban
al calabozo

El acusado fue detenido en Marina Española por infringir la Ley de Extranjería mientras hacía equilibrios sobre un muro de 10 metros
 

CEUTA
Cristina Marzán

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Más de tres años de cárcel por los delitos de atentado y resistencia grave a la autoridad, y 1.350 euros en total por tres faltas de lesiones fueron las penas que solicitó el fiscal para un hombre que supuestamente agredió a cuatro policías cuando lo trasladaban a los calabozos, ya que lo detuvieron por presunta infracción de la Ley de Extranjería.

Un ciudadano de Tánger ocupó ayer el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal al enfrentarse a la acusación ejercida por el Ministerio Fiscal por los delitos de atentado y resistencia grave a la autoridad, y tres faltas de lesiones a cuatro policías que, al parecer, lo trasladaban a los calabozos de la Comisaría de Colón, ya que había sido detenido por una presunta infracción de la Ley de Extranjería, es decir, encontrarse en la ciudad sin ningún tipo de documentación.

Los hechos tuvieron lugar el pasado 17 de septiembre en las inmediaciones de Marina Española cuando, según señalaron los agentes, un ceutí los requirió porque el procesado estaba alterando el orden público. “Cuando llegamos, estaba sobre un muro a diez metros de altura haciendo equilibrios y gritando frases tales como Alá es grande o Vengo del cielo. Por lo que nos sentamos a hablar con él y nos lo llevamos a Comisaría ya que no llevaba ningún tipo de documentación”.

A este respecto, el encausado argumentó que tenía pasaporte marroquí y un visado en vigor hasta mediados de diciembre. Por lo que expuso que no entendía el motivo de su detención.

Una vez llegados a Comisaría, los agentes de la Policía Local y dos más del Cuerpo Nacional, tras elaborar las diligencias, procedieron al traslado el procesado a los calabozos cuando, “en un segundo, se volvió loco y en los escasos metros que tenemos, comenzó pegar patadas, puñetazos, arañazos y atentar contra nosotros porque no quería entrar en el calabozo. Así que entre los cuatro procedimos a inmovilizarlo a través de la fuerza mínima indispensable”, señalaron los policías.

Versión totalmente diferente fue la dada por el acusado, quien manifestó que habían sido los agentes los que le habían agredido, “tirándome al suelo, dándome patadas que me hicieron sangrar en la boca y sólo por preguntarles pro qué estaba detenido cuando yo no había hecho nada”.

Por su parte, la defensa cuestionó ante el juez “por qué los agentes no llevaron al joven al hospital viendo que estaba loco y sí se lo llevaron detenido”. El juicio quedó visto para sentencia.
 

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