El consejero de Economía quiso aclarar ayer un “incidente”
surgido con la propiedad intelectual del mobiliario del
Conservatorio de la Manzana del Revellín, explicando que con
el fin de evitar un “pleito” con el autor del proyecto, el
arquitecto Álvaro Siza, la Ciudad ha decidido, según explicó
el consejero, destinar a otros usos el que se adquirió
mediante un concurso público.
El consejero de Economía, Guillermo Martínez, dio a conocer
ayer los plazos que se manejan para la inauguración de la
parte pública de La Manzana del Revellín, una obra que
calificó de “compleja” y de la cual quiso aclarar un
“incidente” surgido con la dotación del mobiliario del
Conservatorio. Ante este problema, y con el fin de evitar un
“pleito” con el autor del proyecto, el arquitecto Álvaro
Siza, la Ciudad ha decidido, según explicó el consejero,
destinar a otros usos el que se adquirió mediante un
concurso público.
Según informó el consejero, del que depende la sociedad
Procesa, gestora del proyecto, el problema surgió este
verano. “A lo largo del segundo trimestre de este ejercicio
-relató- desde la sociedad de fomento municipal se pide al
señor Siza que defina el mobiliario que se debe implantar en
el Conservatorio”. Según Martínez, Siza “colaboró
activamente en la elaboración del pliego de condiciones y en
base a ese pliego, desde los servicios de contratación de
Procesa sale a licitación el pertinente concurso público”.
Al concurso se presentaron cuatro empresas suministradoras,
una de las cuales queda descartada porque su oferta “no se
ajusta en absoluto al planteamiento de ese pliego, definido
por el equipo de Álvaro Siza”. Las otras tres empresas
entraron entonces a “concursar en buena lid” y cuando se
celebró la Mesa de Contratación, dos técnicos, “en función
de la mayor idoneidad, plazo y precio, informaron de la
oferta más válida”. Aunque Martínez no lo especificó, la
adjudicación provisional se produjo, tal como informó en su
día este diario, el 9 de abril y correspondió a la empresa
Ebania Interiorismo y decoración por importe de 184.299,69
euros.
De acuerdo con el relato del responsable de Economía, “a
posteriori, una vez formalizado el contrato y suministrados
los muebles, en una nueva visita del equipo de Siza,
manifiestan su inquietud respecto a que los muebles no son
acordes a lo que él pretende”. Por este motivo, el
arquitecto envió un escrito a la administración para
advertir de la existencia de “una propiedad intelectual
exclusiva de parte de los muebles adquiridos con un
carpintero o empresario de Portugal, circunstancia que en
Procesa se desconocía, según Martínez, “porque nadie lo
había notificado, ni siquiera el señor Siza en la
elaboración del pliego”, En consecuencia, “existiendo una
propiedad intelectual exclusiva por parte de un proveedor
portugués, de esa parte de los muebles, que no llega a ser
sino el 33% del total, consideraba que podría generar un
problema jurídico grave, en concreto insinuaba la
posibilidad de un plagio”.
Tres opciones
Ante esta tesitura, la administración tenía, según el
consejero, tres alternativas, una de las cuales, “que fue la
primera que se estudió, era no recepcionar los muebles, que
según el señor Siza, eran propiedad intelectual exclusiva de
este proveedor portugués”. Tras el estudio de esa solución
por parte de los servicios jurídicos del ayuntamiento y de
Procesa se descartó porque “no había motivo jurídico para no
recepcionar esos muebles, que se habían recepcionado en
buena lid ni para rescindir el contrato”. Esta opción
hubiera supuesto por tanto un incumplimiento del contrato
por parte de la administración, “con el consiguiente pleito,
su pérdida y desembolso de las costas procesales”.
La segunda opción era “entrar en un pleito con el señor Siza
y con su equipo técnico”, circunstancia que, en palabras de
Martínez también hubiera generado “múltiples” y “obvias
dificultades” que hubieran llevado a que el Conservatorio
“hoy no estuviera operativo” y que el teatro no pueda
estarlo en marzo”.
Por tanto, y “atendidas las necesidades que la Ciudad va a
tener en corto plazo, de nuevas infraestructuras y
equipamientos que se van a aperturar y que van a requerir de
la dotación del mobiliario pertinente”, así como el hecho de
que están también relacionadas estas necesidades con
“aspectos formativos”, se dedició destinar los muebles
objeto del problema a otras dependencias. El destino de este
mobiliario, por el momento, almacenado, será por tanto la
Escuela de Negocios, la escuela de la Construcción y el
Centro Asesor de la Mujer, así como en la sede futura de la
Consejería de Educación y Cultura.
Por su parte, los muebles que se han reubicado en el
Conservatorio, se han adquirido “al proveedor portugués que
tiene la propiedad intelectual en exclusiva”.
Partida no finalista
Desde la Ciudad se apuntó asimismo a este diario que este
cambio de destino de los muebles es posible porque la
partida con la que se han sufragado no es finalista sino del
capítulo de “inversiones” de la Ciudad.
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