El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial ha
dictado sentencia absolutoria a favor de dos agentes del
Cuerpo Nacional de Policía a los que un tercero denunció por
un presunto robo con intimidación, y por el que su letrado
de la acusación particular pedía cinco años de prisión y una
indemnización de 21.000 euros. Mientras que la Fiscalía
había solicitado también la absolución de los mismos.
Los tres magistrados que presiden la sala de la Audiencia
han considerado inocentes a los dos agentes del Cuerpo
Nacional de Policía a los que un tercero imputaba un delito
de robo con intimidación, concretamente, de unos sobres que
contenían 21.000 euros y que, supuestamente, fueron
requisados durante su cacheo.
Así lo han resuelto los jueces dictando sentencia
absolutoria a favor de estos dos policías que seguramente
ansiaban esta resolución judicial durante más de tres años
que han pasado desde que ocurrieron los hechos.
En dicha sentencia, los magistrados han considerado probado
que el 19 de junio de 2007, entre las 11:30 y las 12:00
horas, los dos agentes se hallaban de servicio en la
Estación Marítima como miembros de un operativo de
vigilancia y seguridad específico para prevención
antiterrorista y transporte de drogas en cavidades
corporales.
Al observar al denunciante, por su indumentaria y abandono
de un oficina de billetes de la compañía Buquebús sin
adquirir alguno, le exigieron su identificación, que era
francesa, y mientras la comprobaba uno de los agentes, el
otro lo cacheaba en un aseo de la planta del puerto. De
dicho registro personal, el agente encontró una riñonera con
una suma de dinero no determinada y tras mostrarla al
compañero, lo escoltaron hasta el parking para registrar su
turismo tras no responder por su procedencia. En el interior
del coche, los policías localizaron una mochila con otro
sobre de dinero, no superior a cien mil euros.
Finalizado el registro, incluidas dos latas de pintura que
habían en el maletero y comprobar que no había nada
sospechoso, los agentes entregaron los sobres al
denunciante. Con posterioridad, sería uno de los agentes el
que pagaría el ticket del aparcamiento al vigilante para
facilitar la marcha del denunciante. Versión que dicho
testigo acreditó en el juicio celebrado el pasado día 20 de
septiembre.
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