Todo ello fue en Cádiz, “entre dos luces”, al haber
comenzado el encuentro a las siete de la tarde, para
terminar en noche cerrada.
El resultado es lo de menos, 1-0 es un resultado que podría
esperarse, lo malo es que además de ese resultado en contra,
el Ceuta no va a poder contar el próximo encuentro con
Baigorri, por fractura de nariz, debido a un codazo que le
propinó Enrique, cuando tan sólo iban seis minutos de juego.
Tampoco podrá contar el Ceuta con Sandro, expulsado en el
minuto 29 del segundo período, ni con Cañas ni Mansilla,
ambos expulsados en el descuento del partido.
Ocasiones perdidas
Hemos dicho, en repetidas ocasiones, que si se perdona, con
insistencia, luego al final lo pagas caro y es lo que pasó
al Ceuta en Cádiz, que en la primera parte podría haberse
ido con un par de goles a favor, no marcó y luego perdió el
encuentro.
Y es que el Ceuta hizo una buena primera parte, dejando en
evidencia a todo un Cádiz, que tenía a su propio público en
contra, porque el dueño del encuentro estaba siendo el
conjunto ceutí.
Sin embargo las ocasiones se presentan y al no saber
aprovecharlas llega el contrario y te puede mandar “a la
lona”.
La ocasión más clara del Ceuta
Llegaba en el minuto 36 del partido. Una de esas jugadas que
se ensayan y que puede dejar al contrario “en paños
menores”. Es lo que hubo ahí, que sacó el meta ceutí en
largo, la defensa local está adelantada, llegó el balón a
Berrocal y, en buena posición, no pudo marcar.
Hubiera sido la sentencia para un Cádiz que no se encontraba
a sí mismo, pero no fue nada, como no fueron nada, en cuanto
al resultado, las jugadas, por la banda, de Modeste, en los
minutos 17, 30 y 43, así como otra jugada más en la que el
propio Modeste tiró a la madera.
Con 0-0 se llegaba al descanso.
Más enchufado el Cádiz
Pero sin apabullar, a pesar de que a los dos minutos de este
segundo tiempo hace estirarse a Nauzet y cuatro minutos
después, en falta lanzada por Caballero, tiene que
intervenir el meta visitante.
El Cádiz dominaba, pero su delantera estaba, totalmente,
roma. Peligro, peligro, no había, porque el Cádiz más que
dominar, controlaba con seguridad la situación.
Cuando iba ya media hora de la segunda parte, la meta del
Ceuta no había pasado por serios apuros, todo apuntaba a un
0-0 final, si no llegaba “la gamberrada” de turno.
Veinte minutos de un árbitro nefasto
En el minuto 29, Sandro vio la segunda cartulina amarilla y
tuvo que abandonar el terreno de juego.
Fue una jugada absurda y, además, en el centro del campo. El
árbitro quería protagonismo y lo empezó a tener, porque ese
fue el punto de partida de la derrota de la AD Ceuta.
El manchego Arcediano Monescillo hubiera pasado
desapercibido, porque ya se había olvidado todo el campo,
incluso el propio perjudicado, Baigorri, del codazo de
Enrique, en el minuto 6, que debiera haber sido tarjeta
roja.
Monescillo se intentó superar a sí mismo, pro siempre en la
misma dirección, con lo que Cañas en el 47 es expulsado,
todavía no sé por qué y dos minutos después Mansilla,
también, tuvo que recorrer el camino a los vestuarios, antes
que sus compañeros.
Menos mal a que sólo prolongó cuatro minutos que si no
hubiera dejado al Ceuta en cuadro.
El Ceuta terminó con sólo ocho jugadores
No es lo más normal y especialmente en un partido que no fue
de los broncos, pero un incompetente hizo que a los seis
minutos de la primera expulsión ceutí, la AD Ceuta viera que
su portería estaba perforada: 1-0, cuando quedaban sólo 9
minutos de partido, además de los cuatro malditos de la
prolongación.
Al final, todos a los vestuarios, nadie iba contento, en el
Ceuta porque le habían masacrado, el Cádiz porque ganó de
“tómbola” y el público porque ve que su Cádiz, de momento,
no está, aunque se le espera.
Y lo peor de todo esto es que el técnico ceutí, el próximo
partido tendrá que hacer encaje de bolillos, para componer
el equipo, al no poder contar con Baigorri, lesionado,
Sandro expulsado y tanto Cañas como Mansilla, también,
expulsados.
¿Hay quien dé más?. No es fácil, pero posiblemente sea capaz
de superar esto mismo el incompetente colegiado de
Puertollano Arcediano Monescillo.
Así transcurren las competiciones, en todas las categorías,
con árbitros que son “peor que la carne pescuezo”. Por decir
algo.
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