Seis meses de prisión fue la pena solicitada por la
representante del Ministerio Fiscal en la ciudad para un
hombre por un supuesto delito contra la seguridad vial. El
acusado mantiene que el coche estaba estacionado mientras
que el testigo alega que habían intentado atropellarlo al
circular a gran velocidad.
Un agente de la Guardia Civil ocupó ayer el banquillo de los
acusados del Juzgado de lo Penal por un delito contra la
seguridad del tráfico que le imputaba la representante del
Ministerio Fiscal en la ciudad y por el que solicitó la pena
de seis meses de prisión ante el juez. Por su parte, la
defensa pidió la absolución de su cliente al mantener que
este no conducía su vehículo en el momento que ocurrieron
los hechos ya que se encontraba estacionado a varios metros
de la zona donde se produjo el incidente.
Según declaró el principal testigo, aquel 10 de junio el
acusado circulaba por las inmediaciones de la barriada
Poblado Sanidad cuando “por poco me atropella ya que iba a
gran velocidad y dando giros”. El declarante, que pertenece
al Cuerpo Nacional de Policía, mantuvo que al salir de su
turno de trabajo y sufrir aquel suceso, se identificó como
agente mostrando al conductor su placa e insistiéndole en
darle el alto. “Cuando le enseñé la placa intentó
arrebatármela, negándome que fuese auténtica e insultándome.
Por lo que llamé a la Policía Local porque el señor
desprendía un fuerte olor a alcohol”, apostilló.
El acusado negó completamente la versión dada por el agente
y explicó que había estacionado su vehículo una hora antes
de los hechos, que luego había ido a su casa a por una
pastilla para el dolor de muela por su visita al dentista, y
que al no tener la medicina entró en un bar para beberse dos
copas de orujo para calmar el dolor. “Pero nunca conduje
bebido porque, de hecho, yo había dejado a dos compañeros
míos en el cuartel de Regulares porque habíamos quedado para
comer y tenía que aparcar. Y fue una de mis compañeras la
que después trajo el coche cuando me pidieron la
documentación”, explicó el guardia civil. Con respecto a la
identificación del testigo como agente del Cuerpo Nacional,
el procesado aclaró que “al sólo enseñarme la placa e ir de
paisano, creía que podía ser falsa, por lo que le pedí su
carné profesional y que se negó a mostrar”.
Instantes después del suceso, se personaron en las
inmediaciones de Poblado Sanidad, concretamente en una
explanada cercana, una unidad de Policía Local, cuyas
agentes también declararon durante el juicio de ayer. Estos
confirmaron que, tras hacer la correspondiente prueba, el
encausado dio positivo en el test de alcoholemia pero que,
externamente, no presentaba síntomas de estar ebrio. Además
de asegurar que el imputado no había conducido en ningún
momento y que su coche se encontraba a más de 200 metros de
la disputa entre las dos personas. “Cuando llegamos estaban
los dos con las ánimos un poco alterados pero el acusado no
se tambaleaba, hablaba bien y no se resistió a cooperar en
ningún momento”, advirtieron ambos. La última declaración,
compañera del acusado, corroboró la versión de este y
aseguró que el coche estaba “a 500 metros porque yo tuve que
ir a recogerlo para dar la documentación”. El magistrado
dejó el juicio visto para sentencia.
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