En numerosas ocasiones he
compartido mis reflexiones con los lectores de este medio en
relación a la transformación experimentada por nuestra
ciudad en los últimos años, en todos los aspectos. Los
enfrentamientos irreconciliables en la política local dieron
paso a la lealtad institucional, de la difamación y la
calumnia a las alabanzas, de los intereses personales a los
intereses generales y de la discrepancia permanente al
consenso en todas aquellas decisiones que interesaban a la
ciudadanía en general. En estos momentos, pocos son los
ciudadanos que desconfían de la gestión de un Ejecutivo
local, que ha cambiado la fisonomía urbana tanto, en el
centro de la ciudad como, en las barriadas aunque, aún quede
mucho trabajo por hacer en beneficio de todos los ceutíes.
En estos años, muchas han sido las críticas recibidas en
relación a las numerosísimas mejoras introducidas en los
servicios públicos que los ciudadanos reciben de su
Ayuntamiento. Ayudas al estudio, ayudas para el acceso a la
vivienda, ayudas a la tercera edad y ayudas a diferentes
colectivos. Puesta en valor del patrimonio histórico
cultural y fomento de nuestras fiestas tradicionales.
Servicios esenciales como Policía Local, Bomberos y Parque
Móvil. Infraestructuras básicas urbanas en calles y barrios.
Instalaciones deportivas, recreativas y de ocio. Servicios
de limpieza y recogida de residuos sólidos urbanos y por
supuesto, los servicios que ofrecen nuestras playas a una
ciudadanía, que hoy puede disfrutar de un mayor número de
zonas acondicionadas para el baño.
Precisamente, en relación a la calidad de los servicios que
ofrecen nuestras playas, el comité de certificación del
Instituto de Calidad Turística (ICTE) ha concedido, en su
primera participación, la marca “Q” de calidad a las playas
de la Ribera y el Chorrillo, al ser consideradas modelo de
calidad, dentro de los valores medioambientales y de la
sostenibilidad de los ecosistemas. Este instituto valora
diferentes parámetros; gestión ambiental, gestión de los
recursos humanos, gestión de los recursos materiales,
comunicación externa, proceso de control y mejora continua,
seguridad, salvamento, primeros auxilios, limpieza, recogida
de residuos sólidos urbanos, accesos, servicios higiénicos y
ocio. Debo señalar, que este galardón se gestiona y otorga
de forma completamente gratuita por la Asociación de
Educación Ambiental y del Consumidor.
Por tanto, la marca “Q” reconoce, tras un estricto sistema
de evaluación, aspectos tan esenciales para el interés de
los bañistas como la calidad sanitaria de nuestras playas,
la información ofrecida a sus usuarios, la vigilancia,
medios de salvamento, accesos públicos, atención a
discapacitados, aseos, etc. No obstante, debo recordar, que
este calificativo se añade a otros ya alcanzados de
reconocido prestigio nacional como, la concesión desde el
año 2003 de la Bandera Azul o el otorgamiento del galardón
Ecoplaya en las convocatorias de 2009 y 2010.
En definitiva, algunos podrán criticar por razones obvias
las decisiones adoptadas o las actuaciones ejecutadas en los
últimos años por el Ejecutivo presidido por Juan Jesús Vivas
aunque, la ciudadanía siempre ha valorado muy positivamente
la transformación experimentada en todos los aspectos por la
ciudad desde febrero de 2001 y así lo ha expresado en
cuantas ocasiones ha tenido oportunidad. Reconocimiento
ratificado a través de los diferentes galardones y
reconocimientos otorgados a través de instituciones de
reconocido prestigio no obstante, no podemos estar
satisfechos, aún queda mucho trabajo por hacer en beneficio
de toda la ciudadanía, sin exclusión alguna.
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