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OPINIÓN - LUNES, 18 DE OCTUBRE DE 2010

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Las reglas del juego = Legalidad o Mamonéo
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Releo la prensa de días pasados y me pregunto ¿En Ceuta, se funciona “así” o se está sobreactuando de cara a la galería?. Porque, en todas las facetas de la vida existen reglas del juego, unos mínimos requisitos a seguir por ética y sobre todo por una elemental prudencia.

Cuando aquí, desde un estrado o ante los micrófonos, se acusa a un político de malversación de caudales públicos, delito previsto y penado en nuestro Código Penal, es condictio sine qua non y perdonen el cursi aforismo latino, es requisito previo el haber dado la correndija al Juzgado de Guardia e interponer la denuncia o la querella. No hacen falta demasiadas pruebas porque, en esta piel de toro, las fuerzas vivas están siempre deseando empitonar a alguien para hacer la archifamosa “Detención de Telediario y de Sálvame”. Pero “algo gordo” tiene que existir. Pero en Ceuta no. O si ha existido denuncia ante la policía, ante Anticorrupción o ante el Juzgado de guardia yo no me he enterado o no se refleja en lo que yo he leído.

Porque las reglas del juego político, por muy sucio que sea, exige unos mínimos requisitos formales. Y lo digo por la acusación de malversación contra el sr. Rodríguez de Gobernación por parte del grupo Caballas, ese extraño gazpachuelo de comunismo y religiosidad. Acusan de malversación sin auditoría previa ni informes técnicos en mano y sin haber judicializado la acusación. Posteriormente y a raíz de la acusación se realizan las auditorías y resulta que no se ha malversado. ¡Que manera tan extraña y temeraria de funcionar!.

Lógicamente, el linchado sr. Rodríguez, tendrá que interponer una querella por calumnias con publicidad y el Gobierno de la Ciudad Autónoma tendrá que unirse a la querella. Para escarmiento de boacazas. Porque, lo que está claro es que, entre la legalidad y el mamonéo, el sistema suele optar por la legalidad y cualquier grupo político, a la hora de atacar a los adversarios con artillería pesada, imputando delitos graves, ha de tener suficiente material probatorio y ese material probatorio, en lugar de pregonarlo ante los micrófonos, entregarlo en los Juzgados. Eso sí, si por la acusación vertida y las pruebas presentadas, se incoan Diligencias Policiales o Atestado, caso de denunciar ante la Policía o la Guardia Civil o Diligencias Previas caso de denunciar ante la Justicia, entonces se acude a los medios y se arma la de Dios es Cristo, al político de turno se le pone como hojita de perejil, siempre con el “presunto” por delante y se lanza uno a lo más fashion de España que es “el juicio paralelo”.

Comenzar la andadura por parte de una formación de nuevo cuño como es el Caballas, con una querella por calumnias y difamación, emplazados al acto de conciliación y demás, es una forma pelín problemática y muy poco inteligente de funcionar. Las reglas del juego son : 1ª Se recaban y obtienen pruebas capaces de sustentar una acusación que no chismorreos de trajinosos, pruebas contrastadas. Y todo eso por lo bajini, en plan cauto y sin dar tres cuartos al pregonero ni rueda de prensa chupamicrofonos, porque los micrófonos son micrófonos que no piruletas. 2ª Se acude al Juzgado o a la Comisaría o a la Benemérita y se denuncia con “papeles” 3ª Se admite la denuncia 4ª Se pega la veloz correndija para contarlo y proclamarlo, pregonarlo y vocearlo y al tipo en cuestión se le condena por anticipado a la muerte civil. 5ª Se imprime un rollo de papel higiénico con el art. 24 de la Constitución, la presunción de inocencia y se le da uso escatológico-festivo.

La cosa va así y no de otra manera y si no se siguen las reglas del juego de la legalidad se cae en el mamoneo más osado y contumaz y se encuentra el acusador convertido en querellado y con una petición de responsabilidad civil de esas que se pagan con machacantes que no con los puntos del Avecrem.

¿Qué si se está redactando la querella a partir de los informes técnicos y de las auditorías? Supongo. ¿Qué el Gobierno ha detectado simples “irregularidades administrativas”? Eso nada tiene que ver con la malversación y más munición en manos del querellante. Porque, en política, el “todo vale” tiene unos límites marcados por la prudencia más elemental y si se sobrepasan hay que atenerse a las consecuencias. Judicializar la vida política y tratar de ganar las elecciones en los Juzgados, que no en las urnas, es una táctica que tiene más años que un saco de gnomos.

Pero los Caballas no han tenido la astucia de judicializar por anticipado. No han seguido las reglas del juego y ya se sabe aquí, o legalidad o mamoneo.
 

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