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sociedad - LUNES, 18 DE OCTUBRE DE 2010


Aula de la Academia ECOS. M.L.

MAYORES
 

“Tengo ganas de aprender y lo haré hasta que el cuerpo aguante”

El Aula permanente para mayores es un
válvula de escape para muchas personas que superan la edad de los 60 años y que se no saben cómo cubrir las horas del día
 

CEUTA
Marta Labella

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Es cierto que las personas mayores no tienen por qué sentirse solas o aburridas. Alternativas no les faltan en la Ciudad y profesionales tampoco.

Durante los días entre semana el Aula permanente de mayores ofrece una serie de actividades, que tienen como objetivo que estas personas con distintos perfiles, pero todos con más de 60 años, puedan pasar una serie de horas acompañados de personas como ellos. Suelen ser amigos que acuden juntos o que se han conocido en estas clases que comparten.

Hasta verano, al menos, podrán disfrutar de actividades como, pintura, informática, manualidades, baile y gimnasia de mantenimiento. De estas, la que más interés despierta entre los mayores es la clase de informática, un campo desconocido para muchos de ellos, y las ganas de seguir aprendiendo más les ha llevado a algunos a repetir, de modo que están en un nivel superior.

Es el caso de José Duarte, de 68 años. El mismo año en el que se jubiló supo que tenía que hacer algo para cubrir todo aquel tiempo que le ocupaba su trabajo.

Asegura que cuando se jubiló en 2006, estuvo un año sin hacer nada “porque no me animaba a hacer este tipo de talleres, pero fue mi yerno quien me comentó lo del aula de informática, y ya voy por mi tercer año consecutivo”.

José Duarte está casado y su mujer también acude a este aula, asegura que “no hemos perdido ninguno de los dos las ganas de aprender”. Además añade “hemos hecho muy buenos amigos aquí y hay muy buen ambiente; el profesor es primordial, de él depende que estemos tan a gusto todos”.

Ganas de aprender

Aunque sólo se trate de un curso, para estas personas significa mucho más, no se trata de una lección obligada, todos los que acuden lo hacen porque tienen interés y así lo confirma Fran Roldán, profesor de ese curso desde hace 5 años, “hay personas a las que les cuesta más que otras, pero es envidiable las ganas de saber y aprender de todos ellos”.

África Pérez tiene 77 años y no sólo asiste a informática, sino que por las mañanas va a clases de manualidades y los días que le corresponde a baile y gimnasia. Los motivos que la movieron a apuntarse a estas aulas fueron que “no quería pasar las horas en mi casa sin hacer nada, porque he pasado la vida trabajando”.

El caso de África es común en muchas personas de las que deciden pasar el tiempo con este tipo de alternativas, porque como ella explica “me quedé viuda y apenas salía de casa, me costaba mucho cualquier cosa que me proponía hacer, hasta que me animé a apuntarme y no me arrepiento para nada, es más, se lo recomiendo a todo el mundo”.

El hecho de relacionarse con otras personas, con cierta edad se vuelve una tarea más complicada de lo que parece, sin embargo estas actividades fortalecen a la persona en ese sentido y unen a muchas de ellas. “Aunque yo siempre he tenido amigos, porque he trabajado con muchas personas, esto hace mantener nuevas relaciones y sí que facilita el hecho de salir más y animarse a hacer más cosas, ahora sin ir más lejos, cuando acabemos vamos al teatro” afirmaba África Pérez.

Estas ‘Aulas permanentes de mayores’ tienen un amplio abanico de posibilidades para aquellas personas que han superado la barrera de los 60. Además de la clase de informática, que es una de las más multitudinarias y de las que más interés suscita, están las matinales de manualidades. En éstas lo que más suelen hacer es pintar sobre telas, lienzo o figuras. La mayoría de las personas que acuden a esta materia suelen ser mujeres, el caso contrario a lo que ocurre con la de informática donde casi la totalidad eran hombres. Las de baile suelen estar más compartidas, pues al tratarse de bailes de salón en algunas horas se suele trabajar en pareja.

Observar cómo estos alumnos se muestran ante las indicaciones del profesor revela las ganas de vivir y aprender que tiene cada uno de ellos. Como decían ambos entrevistados, tanto África, como José, “hemos trabajado durante toda la vida, somos mayores, pero tenemos muchas ganas de aprender y lo haremos mientras el cuerpo aguante”. No hay mejor manera de describir la vitalidad de estas personas.
 

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