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La carencia de suelo en el que
expandir la ciudad ha sido y es para Ceuta un lastre que
entorpece su desarrollo. Por ello, la oportunidad que han
representado los proyectos de urbanización de Loma Colmenar
suponen un importante balón de oxígeno. Aunque el ritmo de
construcción de estas grandes infraestructuras sea lento,
poco a poco se van viendo los frutos. El más adelantado fue
la promoción de 225 VPO que Emvicesa construyó en la primera
fase de los terrenos que SEPES urbanizó y vendió a la
Ciudad. En breve, a lo largo de 2011, le tocará el turno a
la entidad pública estatal con la entrega de las primeras
171 viviendas que ella misma ha promovido. Si se cumplen las
previsiones, Ceuta contará en un par de años con un renovado
y necesario parque inmobiliario.
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La disolución del Consejo de la
Juventud dejó a los jóvenes ceutíes sin un canal de
interlocución ante la Administración a través del cual
transmitir sus inquietudes y posiciones respecto los hechos
que afectan a la vida ciudadana. Los jóvenes son el futuro
de los pueblos y resulta loable que la Ciudad quiera
solventar esta carencia. Sin embargo, el Foro de
Participación Juvenil que se propone desde la Consejería
debe contar con la anuencia de las organizaciones
representativas y también de los jóvenes que no están
asociados para que resulte realmente efectivo. Por eso la
Ciudad deberá prestar un oído atento a las demandas de
equidad, imparcialidad y democracia que plantean las
asociaciones juveniles que han participado en el encuentro
de este fin de semana.
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OPINIÓN / EDITORIAL
