La representante del Ministerio Fiscal en la ciudad solicitó
ayer un año y seis meses de prisión para el encargado de una
nave del Tarajal por un supuesto atentado a los agentes de
la UIP que controlaban el paso del Biutz. Estos argumentaron
que los clientes del establecimiento intentaban colarse con
el consecuente riesgo de avalancha. El acusado sostuvo en
todo momento que los policías le habían agredido con la
porra.
El encargado de una de las naves del polígono del Tarajal
ocupó ayer el banquillo de los acusados del Juzgado de lo
Penal por un presunto delito de atentado contra varios
agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y por el
que la representante del Ministerio Fiscal en la ciudad
solicitó una pena de un año y seis meses de prisión. La
defensa, por su parte, pidió la libre absolución de su
cliente argumentando que era este el que había sufrido la
agresión de los policías del Cuerpo Nacional con el uso de
las porras.
Los hechos se produjeron el 17 de enero de 2008 en el
exterior de una nave próxima al paso del Biutz. Según lo
declarado por los agentes, los clientes de dicho
establecimiento intentaban colarse en dicho cruce con el
consiguiente riesgo de provocar una avalancha sobre los
porteadores. Motivo por el cual los policías requirieron al
propietario de la nave para que saliese de la misma y
desalojase a los compradores.
Ante la negativa de este, “entramos para detenerle y se
resistió, agarrándose a la puerta del local y propinándonos
puñetazos y patadas. Así que tuvimos que llamar a los
compañeros para que nos ayudaran. Cuando conseguimos
detenerlo y dejar que lo calmasen, lo dejamos esposado”,
explicó uno de los policías en calidad de testigo. Sin
embargo, la versión del acusado fue completamente diferente.
Según este, los agentes entraron “imponiendo” que todas las
personas abandonasen el lugar y “yo no podía salir porque
estaba solo y no podía dejar el negocio”. El imputado,
además, añadió que durante el arresto, los agentes le habían
agredido con la porras, “arrastrándome por el suelo y
golpeándome en la cara, la espalda y todo el cuerpo sin que
yo les hubiese insultado ni nada”. Esta versión fue
corroborada por varios testigos de la defensa, quienes
advirtieron haber presenciado la detención. “Yo estaba de
cajera y vi cómo entraron echando a la gente. Luego,
discutieron con mi jefe y le agarraron del cuello con la
porra, pegándole y arrastrándole”, advirtió la testigo.
Otro de los comerciantes de la zona también argumentó
encontrarse en el exterior y ver cómo los policías “pegaban
al hombre. Uno lo arrastró al suelo con la porra. Fue
lamentable cómo trataron a esta persona”, señaló. El juicio
quedó visto para sentencia.
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