El pasado lunes fueron recibidos por la secretaria de
Comunicación del PP, Cristina Rivas, en el Salón Dorado del
Palacio de la Asamblea, un grupo de 42 jugueteros de la
península que vinieron a conocer Melilla y a presentar el
nuevo catálogo de juguetes. A pesar de que la crisis afecta
a todos los sectores, el presidente de Toy Sur, Carlos
Crespi, aseguró que los jugueteros no lo notan tanto, porque
los juguetes para los niños son sagrados.
Se acercan las navidades y, en consecuencia, la época de
hacer regalos a mayores y pequeños. Un total de 42
representantes de tiendas pertenecientes al grupo Toy Sur
llegaron el sábado a Melilla para presentar el nuevo
catálogo de juguetes. Representantes de toda España fueron
recibidos ayer por la secretaria de Comunicación del PP,
Cristina Rivas, en el Salón Dorado del Palacio de la
Asamblea.
Todos los años, los jugueteros realizan una visita, y este
año han elegido Melilla, puesto que uno de los fundadores de
Toy Sur es Segundo Navarro, juguetero de la ciudad. Una
buena oportunidad para pasear por “la gran desconocida”,
como la catalogó Carlos Crespi, el presidente del grupo,
quien aseguró que después de este viaje, muchos se han
quedado “sorprendidos” por la ciudad y por su historia. José
Oña les hizo de guía.
A este respecto hay que destacar que a pesar de los
videojuegos y todo lo electrónico que se impone en estos
tiempos, Carlos Crespi asegura que lo tradicional sigue
siendo lo más demandado. Para este año, una patineta cromada
de ruedas hinchables y una muñeca denominada “Liv” pueden
ser los juguetes estrella.
Y es que, en general, la crisis se nota en todos los
ámbitos, pero el sector del juguete cuenta con cierta
ventaja, porque “cuando llega navidad, el juguete para el
niño no puede faltar”, aseguró Crespi, quien cree que los
padres prefieren recortar gastos de otra parte, pero no de
los regalos para sus hijos. Debe ser que “estamos bendecidos
por los reyes magos”, bromeó el presidente de Toy Sur.
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