Ofrecí el pasado viernes una
conferencia que tenía como base la sociedad española y la
policía frente a un colectivo específico de discapacitados.
No sé por qué, pero en determinado momento del debate que
siguió a la conferencia, saltó una puerta que estaba
perfectamente cerrada hasta entonces: “El expolio de cientos
de familias desde 1936 hasta 1960”.
Bueno, resulta bastante complicado responder al tema, si uno
no se ha metido de lleno en los diversos archivos sobre
actuaciones en nombre de la Ley de Responsabilidades
Políticas del fenecido régimen.
Si bien es cierto que razón no falta a quién exige un
reconocimiento del tema de manera oficial: si a los
sindicatos y partidos políticos les han devuelto sus bienes…
¿por qué a las familias expoliadas no?
Como el tema excedía al de la conferencia en sí, se optó por
zanjarlo ya que el malestar, entre ciertos participantes, se
hacía notorio y no quería convertir el salón en un campo de
batalla, aunque fuera dialéctica.
Se pasó rápidamente a tratar sobre el tema de bebés dados
por muertos pero que en realidad fueron donados a otras
familias…, zanjé el asunto aclarando, a los que lo
propusieron, que era un tema que no entraba en el memorando.
Bueno, la experiencia de esta conferencia ofrece la
oportunidad de que no hay que tomarse las cosas a risa y,
además, concede una apertura a la reflexión cercana.
Por eso, por ser un tema de interés social, me he propuesto
emprender un estudio sobre actuaciones del entonces Tribunal
de Responsabilidades Políticas en nuestra ciudad. Archivos
los hay a montones en todas partes.
Veremos que sale.
Pasemos al tema de la patronal de los empresarios. ¿Quién
iba a decir que es una especie de asociación benéfica?...
para los propios empresarios.
Una organización que mueve mucho más de 550 millones de
euros anuales, de los cuales el 70% son subvenciones
estatales, no puede pasar desapercibida en cuestiones
económicas. Aunque las cuentas sean secretas hasta para la
misma cúpula… ¿quién o quienes moverán los hilos de la CEOE
realmente?
¿Qué hacen con ese dinero? Dar trabajo no creo.
Ahora se comprende la debilidad de nuestro gobierno en el
arte financiero. ¡Tiene las manos atadas!... de ahí la
seguridad que aparentan los peperos con sus cambalaches
monetarios.
Es cosa permanentemente relacionada con la forma de trabajar
de quienes se decían veladores de la seguridad
socio-política del país. Nada ha cambiado, solo están
camuflados.
Debería investigarse el despilfarro macro-económico de los
mítines políticos.
Sobre todo el de los peperos.
Dado que el mundo no ha cambiado, desde los tiempos en que
Caín mató a Abel, estoy pensando en dejar la sensiblería y
dedicarme a llenarme los bolsillos, es broma, ya que la vida
es tan cortita como así lo demuestra el fallecimiento de un
amigo mío, Marcos Hernández, que fue compañero y rival de
fútbol como portero que era. Que descanse en paz en ese
reino espiritual donde no existen los planes económicos de
enriquecimiento privado.
Mañana, por el lunes, me largo a Zaragoza. No por la fiesta
Nacional, ni por la fiesta de la Raza, como algunos están
empeñados en denominarla, sino porque me apetece pasar el
puente en el antiguo Coso. Los ramos de flores no son cosa
mía, lo dejo para los amantes de Pilar.
Otra cosa. Ya advertí que los actos violentos se
incrementarían en nuestra ciudad.
Vivas debe establecer un vínculo más fuerte con Fernández
Chacón en materia de seguridad.
Lo del Príncipe no acabará ahí.
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