PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales

 

 

cultura - MIÉRCOLES, 13 DE OCTUBRE DE 2010


miguel jimenez y juan cordoba. jg.

entrevista / MIGUEL JIMÉNEZ Y JUAN CÓRDOBA, DE LA COMUNIDAD ROMANÍ
 

«La batalla de los gitanos de
Europa con Sarkozy es como la de David contra Goliat»

La comunidad romaní dice sentirse cómoda en un territorio fronterizo como es Ceuta pero piensan que siguen viajando en el vagón de cola de la sociedad, a pesar de los indudables avances en materia de integración
 

CEUTA
José García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La Asociación Comunidad Romani se presentó en sociedad el pasado mes de febrero y desde entonces ha desplegado una importante actividad para dar cuenta del arraigo cultural e histórico de este colectivo en Ceuta. Su presidente, Miguel Jiménez, y uno de sus miembros más veteranos, Juan Córdoba, han visitado EL PUEBLO para hablar del proceso de integración de la comunidad romaní en Ceuta, de la importancia que sigue conservando para ellos la figura del patriarca, de la evolución experimentada por la mujer gitana y, desde luego, de la persecución de que están siendo objeto como grupo en otros lugares de Europa como Francia, así como de las esperanzas que albergan sobre el futuro.

Pregunta.- En términos generales, ¿cómo evalúan la situación de la comunidad romaní en Ceuta?


Miguel Jiménez.- Como comunidad llevamos en la ciudad más de cien años. Como asociación somos algo reciente, nos presentamos el pasado 11 de febrero y vinieron a avalarnos personas como Juan de Dios Ramírez Heredia, presidente de la Unión Romaní de España, o Diego Fernández, director del Instituto de Cultura Gitana.

P.- ¿Cómo se ha producido la integración de la comunidad gitana en la sociedad ceutí?

M.J.- Hablando hace poco con Paco Sánchez, investigador del Instituto de Estudios Ceutíes, me dijo que cuando más gitanos ha habido en Ceuta es cuando se construyeron las bocanas del puerto, y sobre todo cuando la guerra de independencia de Marruecos. Por tanto, llevamos aquí mucho tiempo y hoy somos personas sedentarias. Siempre nos hemos sabido acoplar a la circunstancia de la vida. De todos modos, viviendo en un territorio fronterizo con Marruecos existe más posibilidad de integración, menos barreras, más diversidad cultural y la gente se entiende mejor.

P.- ¿Pero han podido conservar sus rasgos culturales?

M.J.- Sí, es difícil porque vivimos el siglo XXI y hay que conjugar el pasado histórico que tenemos con el presente y no podemos quedarnos atrás ni tampoco queremos dejar en el olvido nuestras tradiciones.

Juan Córdoba.- Tenemos que mantener nuestra cultura porque si la perdiéramos también perderíamos nuestra propia identidad. Pero es cierto que tenemos la obligación de evolucionar al ritmo que va la vida, porque no podemos quedarnos atrás. Si lo hiciéramos es como si estuviéramos en un camino perdido. No es por nosotros sino que la vida lo exige. Por eso somos conscientes con las generaciones que están creciendo que la vida evoluciona. Yo no soy de Ceuta. Aquí hay muchos gitanos que vivían en Marruecos, en Tetuán y sus alrededores. Mi familia en cambio es de Málaga, toda es evangelista y algunos miembros están muy bien formados. Mi abuelo, mi padre, yo nos hemos dedicado a la venta ambulante. Y estos niños saben lo que hemos tenido que trabajar para mantenerlos y sacarlos adelante y han dicho, “esto yo no lo quiero”.

P.- ¿Cuál es la principal actividad laboral que desarrollan hoy los gitanos en Ceuta?

M.J.- Está el mercado de Hadú que lo hemos llevado principalmente los gitanos. Aunque ahora hay mucha diversidad y te puedes encontrar un guardia civil, un policía, un funcionario, poquitos, pero haberlos los hay.

P.- ¿Cuántas personas forman la comunidad en Ceuta?

M.J.- Se calcula que unos setecientas. Se sabe por las bodas.

P.- ¿Qué tradiciones gitanas perviven en Ceuta?

M.J.- Sobre todo el respeto a los mayores, a los padres.

J.C.- Nosotros, por supuesto, nos ajustamos a las leyes cuando se comete un delito. Pero también tenemos al gitano más viejo, el patriarca, el que más capacitado está, el más inteligente, al que planteamos nuestros problemas con alguna otra persona de nuestra etnia. Él escucha a todas las partes y da su veredicto para que el problema no llegue más lejos.

P.- ¿Y se siguen celebrando bodas gitanas?

J.C.- Cada vez menos. Ya estamos muy mezclados y ante todo somos personas. Sin embargo las hay. Se celebran en naves industriales y el padre se queda ‘esmayao’ y se gasta todo el dinero en sus hijos aunque mañana se vea con un solo pantalón.

P.- ¿Entonces hay muchas parejas interétnicas?

J.C.- En una boda gitana nosotros tenemos una cosa muy íntima y muy nuestra: el rito para comprobar la virginidad de la novia. Y los payos no pueden estar en este rito. Sin embargo, en una boda del sobrino del presidente estabán muy mezclados, había muchos payos pero no se les podía echar porque estaban casados con gitana.

P.- ¿Cuál es actualmente el papel de la mujer en la comunidad gitana?

M.J.- Esta evolucionando igual que en la sociedad gaché. Está empezando a trabajar fuera de casa y está llevando el trabajo a medias con el hombre. Pero la evolución es más lenta que en la mujer no gitana. Los gitanos siempre vamos a la cola de la sociedad.

P.- ¿Qué le diría a Sarkozy?

M.J.- Es una batalla entre David y Goliat. Pero estamos orgullosos de nuestro romipén. Los casos de corrupción detectados en nuestro país no son de gitanos. Las bombas atómicas y el armamento de destrucción masiva no son gitanas. Las agrupaciones terroristas no son gitanas. Los que han provocado las terribles guerras en la Historia no son gitanos.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto