Un niño de 15 años encontró ayer un cadáver parcialmente
esqueletizado y con indumentaria masculina cuando buscaba a
su perro entre el arroyo del Cañaveral. Aunque aún no se ha
identificado el cuerpo, en el lugar de los hechos se
encontraba la familia del hombre desaparecido el pasado mes
de julio y del que todavía no se han recibido noticias.
Un niño de 15 años encontró ayer el cadáver de una persona
en estado de descomposición, “parcialmente esqueletizado”,
según pudo comprobar EL PUEBLO. El hallazgo se produjo
cuando el joven buscaba a su perro en el arroyo del
Cañaveral, junto a la prisión de Los Rosales.
Aproximadamente a las 18.00 horas, el adolescente dio la voz
de alarma a los servicios de emergencia. “Mi perro se metió
por la canaleta y no salía así que tuve que entrar a por él;
fue cuando vi el cuerpo”, describía el chico rodeado de sus
amigos. Según su relato “el cadáver se encontraba boca
abajo, y no parecía que hubiera estado enterrado, porque
estaba sobre algunas cañas; llevaba unos pantalones pirata
color marrón y una camiseta deportiva verde”.
Eran las 19.00 horas y la lluvia daba una escasa tregua a la
cuadrilla de policías y al forense que se encontraban
investigando el caso para la identificación del
cuerpo.Conforme las horas pasaban vecinos de la zona se
arremolinaban junto a la cinta de protección que la policía
había colocado en el lugar de los hechos. El forense acabó
con su trabajo y autorizó el levantamiento del cadáver, sólo
quedaba esperar a los bomberos para facilitar el trabajo de
la funeraria en la retirada del mismo.
Algo más apartada de la muchedumbre se encontraba Sorha
Mohamed Mohamed, de 36 años, que estaba llorando mientras su
hijo, Hamza la consolaba. Al preguntarle el por qué de su
llanto ella contestaba: “Mi hermano desapareció el pasado
mes de julio y aún no tengo ningún tipo de noticia, y puede
que sea él”.
“¡Que no sea él!”
La lluvia caía sobre todos los presentes. A Sohra no le
daban la información que ella pedía a los agentes sobre la
persona hallada muerta, para comprobar al menos si llevaba
la misma ropa que su hermano el día de su desaparición.
“Dios quiera que no sea él, pero si es, que nos lo digan
para quedarnos tranquilos”, explicaba Hamza, sobrino del
desaparecido. Eran las 20.50 horas cuando llegaron los
bomberos y con la llamada al rezo de fondo, un par de
miembros de la funeraria sacaban al cuerpo del lugar.
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