Sentirse bien y disfrutar de una cierta calidad de vida es
una yuxtaposición que la ciudadanía no pone en tela de
juicio. Pero hay que ir más allá de un a simple
consideración que ya damos por hecho. Por ello, la
Federación Mundial para la Salud Mental ha situado este año
en su punto de mira el abordaje completo de la salud en las
personas. Y creemos que está claro: el bienestar emocional
es condición sine qua non para disfrutar de una salud
general.
El 10 de octubre, nuevamente más de 450 millones de personas
en todo el mundo conmemoran junto con sus familias y
allegados/as el Día Mundial de la Salud Mental, entre otras
razones para llevar a primera plana la realidad en que viven
numerosos/as ciudadanos/as.
En nuestro país, un 9% de la población tiene algún trastorno
mental y más del 15% lo tendrá a lo largo de su vida. Estas
cifras escandalosamente elevadas crecen cada día más. A su
vez, los trastornos mentales son la causa más frecuente de
carga por enfermedad en Europa. Pero además, en no pocas
ocasiones, se olvida que las personas con trastornos
mentales desarrollan también otras patologías, igual que
cualquier ser humano, que demasiado a menudo son situadas en
un segundo plano. Los estudios afirman también que presentan
mayores tasas de infecciones, enfermedades
endocrino-metabólicas, cardíacas y respiratorias que el
resto de la población, lo que conlleva un riesgo de
mortalidad mayor.
Para subsanar de alguna manera estas situaciones asociadas a
los trastornos mentales, urge concienciar a los
profesionales de la atención sanitaria sobre la necesaria
vigilancia ante el posible desarrollo de patologías añadidas
a la enfermedad mental. La investigación en materia de
psicofármacos y el estudio de idoneidad de aplicarlos según
la reacción y los efectos secundarios negativos que
provoquen en cada persona, son también reivindicaciones que
manifestamos en el día de hoy.
De igual manera, cada día adquiere mayor importancia
incorporar a los programas psicoeducativos en los que
participan personas con trastorno mentales y/o sus familias,
la perspectiva de los hábitos de vida saludables. Con ellos,
garantizamos indudablemente una mejoría en la calidad de
vida. Es fundamental tomar ya medidas de promoción y
prevención de la salud que abarque un concepto lo más amplio
posible, así como prestar también atención a los familiares
y allegados/as en los cuales el impacto de la enfermedad
mental puede causar desequilibrios emocionales.
Y no debemos dejar de tener en cuenta las consecuencias
emocionales, de estrés, de vulnerabilidad…que provocan la a
parición de enfermedades que con el tiempo se cronifican
como el cáncer, las enfermedades coronarias, respiratorias,
la diabetes, etc. Por ello, reclamamos una visión completa
en la que no dejen de interrelacionarse atenciones
múltiples, desde sanitaria, social, psicológica,
terapéutica, laboral y rehabilitadora.
Desde el movimiento asociativo de familias y personas con
enfermedad mental hacemos un llamamiento al gobierno
español, a las administraciones autonómicas, a las
sociedades científicas y organizaciones no gubernamentales,
a las académicas, medios de comunicación y a la sociedad en
su conjunto para impulsar el BIENESTAR EMOCIONAL facilitador
de una SALUD GENERAL.
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