Una semana más, nos vemos obligados a compartir nuestra
perplejidad con la ciudadanía a través de los medios de
comunicación en relación a la presunta utilización
partidista de la central sindical dirigida por Juan Luís
Aróstegui. Semana tras semana comprobamos con incertidumbre
como las actuaciones de esta central sindical rellenan
páginas y minutos de informativos televisivos y radiofónicos
con acusaciones, críticas y denuncias infundadas contra el
Ejecutivo local, que vienen a sumarse a las proporcionadas
por sus socios de coalición. El resultado buscado es
evidente, acaparar el mayor espacio informativo en todos los
medios de comunicación posibles, utilizando para ello todos
los medios a su alcance.
La primera de ellas, la proporcionaba a primeros de semana,
el líder de la UDCE, Mohamed Alí, socio de Juan Luís
Aróstegui, quien denunciaba el despilfarro económico en
tiempos de crisis del Ejecutivo local a través de la
Consejería de Educación, Cultura y Mujer, al comprar una
obra de arte, que se añadiría al patrimonio cultural de la
ciudad. Una obra del prestigioso pintor tarifeño, Guillermo
Pérez Villalta, valorado en estos momentos en 37.000 euros.
Debemos aclarar, que esta compra se autoriza tras valorar
exhaustivamente los informes técnicos elaborados, que
señalaban en primer lugar, que dicho cuadro respondía a las
necesidades del área correspondiente y en segundo lugar, que
la cantidad mencionada experimentaría un considerable
incremento en los próximos años.
La segunda de ellas, la formulaba, en esta ocasión, la
central sindical dirigida por Juan Luís Aróstegui como
consecuencia de un error técnico en el sistema informático,
que ha propiciado una disminución en las cantidades abonadas
en concepto de cotizaciones a la Seguridad Social de un
grupo significativo de empleados públicos, tras la
aplicación del Real Decreto que rebajaba el salario de estos
trabajadores. Un error subsanado desde la propia Consejería
de Hacienda y Recursos Humanos, que no tendrá consecuencia
para los trabajadores afectados, que ha recibido como
respuesta, el envió de una denuncia a la Tesorería de la
Seguridad Social así como, las peticiones de cese del
consejero, Francisco Márquez y de la dimisión del propio
Presidente.
Debemos añadir a lo anteriormente expuesto, el anuncio
formulado por esta misma central sindical respecto a la
reanudación de las manifestaciones de desempleados, que
recorrieron las principales calles de nuestra ciudad, desde
primeros de este año hasta el inicio del mes sagrado del
Ramadán, que provocaron el incremento en la crispación en
una sociedad ceutí perjudicada gravemente en sus intereses.
Debemos expresar nuestra solidaridad con quienes sufren en
mayor medida los efectos de la peor crisis socio económica
de nuestra historia democrática.
En definitiva, los ceutíes comprobamos, una semana más, la
utilización partidista protagonizada por el máximo dirigente
de una central sindical cuya principal labor debería ser la
defensa de los derechos de los trabajadores. Un
político-sindicalista, que debería demostrar su honestidad
política a quienes solicita su apoyo electoral presentando
ante los órganos correspondientes su dimisión irrevocable de
todas sus responsabilidades sindicales al menos, hasta que
finalice el proceso electoral autonómico actual.
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