Tras los días felices, a base de
festejos y celebraciones, por el éxito en el Mundial de
Sudáfrica, empiezan a aparecer las secuelas de ese esfuerzo
para lograr lo más a lo que se podía aspirar y esas secuelas
se muestran en forma de lesiones, de distintos tipos.
Hasta aquí todo normal, porque las personas no son máquinas
y esos esfuerzos salen por alguna parte, como, también, ha
salido por un lado, para llegar a las cuentas corrientes de
los que intervinieron en el Mundial, una cantidad de dinero
que nubla la vista, incluso a los propios jugadores.
Cien millones de las antiguas pesetas es una cantidad nada
despreciable, con la que el esfuerzo ha sido compensado,
pagado y bien pagado.
Ellos lo produjeron, los jugadores, y ellos se han llevado,
que nadie lo dude, la “tajada del león”.
Hasta ahí, totalmente de acuerdo en todo, y yo no hubiera
escrito una sola línea sobre este asunto, si sobre las
lesiones no hubiera aparecido alguna parte interesada,
quejándose, porque su hijo, Xavi Hernández, “se ha roto” o
“ha estado a punto de tener una lesión de alcance
imprevisible”.
Estas quejas partían hace pocos días del padre del jugador,
quejándose de que al futbolista, también, se le había
llevado a Méjico y a Argentina para dos encuentros
amistosos.
¡¡Mejor fuera!!. Eran compromisos de la Federación y no
hubiera sido de recibo que a esos encuentros hubieran ido
otros que “nada habían pescado” de los dividendos del
Mundial, por ejemplo.
El jugador no dice nada, como tampoco dijo, el día de la
final del Mundial, por ejemplo, que “estaba cansado” y que
no podía jugar.
Pero es más, el señor Hernández, el padre de Xavi, tira con
bala hacia la Selección y se olvida de que hace muy pocos
días, su club, el Barcelona, también lo llevó para un
encuentro de la Champions, en un viaje bastante largo.
Por lo que parece, hay a quien le gusta estar “a las
maduras” y desearía esquivar “las duras”.
A lo largo de la historia, no lo olvidemos, la Selección ha
dejado inservible a más de un jugador, era el precio de su
revalorización al defender al Equipo Nacional. Sin ir más
lejos, Antonio Maceda, en el cenit de su carrera, en el
mundial de Méjico 1986, se lesionó, se le hizo jugar
“tocado” y tras el Mundial no volvió a ser de provecho para
la alta competición. Es un ejemplo.
Éste era jugador del Madrid y ni a la familia de Maceda, ni
a ningún directivo del Madrid, hasta hoy, se le ha oído
piar, nunca sobre este asunto.
Otro tanto sucedió con Álvaro Benito, también del Madrid,
cuando comenzaba a ser más que una promesa del primer
equipo. Se lesionó con la Selección, creo que era la sub-20,
y tuvo que abandonar el fútbol.
Lo de Xavi no sé a donde llegará, pero sea como sea, es el
tributo a estar en primera línea, en las máximas
competiciones con su club y con la Selección Española.
Además, y tampoco ha armado mucho revuelo nadie más, Sergio
Ramos ha estado tocado, tras el Mundial, Pedrito parece que
lo está, Jesús Navas otro tanto de lo mismo, Ces Fábregas
algo parece que tiene, Torres, también, tiene alguna
secuela. En definitiva, unos en los que ya han aparecido las
secuelas y otros en los que irán apareciendo, es el rendir a
tope durante muchos meses, en la Selección, pero también en
sus clubes.
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