Mientras se debate el asunto de
aumentar la edad de la jubilación a los 67 años y congelar
las pensiones. Que en esto de congelar las pensiones, me
estoy haciendo sitio en el congelador de la nevera para
tratar de aguantar, como Walt Disney, hasta recuperar el
pode adquisitivo, va el gobernador del Banco de España,
Fernández Ordóñez, y pide un plan B por si empeora la
economía.
Cada vez que alguien pide un plan B se me abren las carnes,
que diría la sabia de mí abuela. Porque es signo inequívoco
que el plan A ha dejado de funcionar hace tiempo. Esto me
trae a la memoria cuando se decía en un consejo de ministro,
en época pasada, que no se devaluaría la peseta. Al día
siguiente la peseta era devaluada.
En lo que estoy, totalmente, de acuerdo con el gobernador
del Banco de España, por haberlo escrito en más de una
ocasión, es cuando dijo:”mi impresión es que las medidas
anunciadas por comunidades autónomas y corporaciones locales
distan de responder a la reducción de gasto público que se
necesita, y propuso que se puedan imponer por ley techos de
gastos a las autonomías.
Pero hay una frase o un aviso, de Fernández Ordóñez, como
ustedes lo quieran interpretar que me encantó: “Las
Autonomías nos fastidian a todos”. Y nos afecta a todos los
españoles, puesto que el dinero sale del bolsillo de todos
nosotros, el despilfarro alcanzado por le Estado de las
Autonomías.
Despilfarro de algunas de ellas que ha llegado a crear
embajadas en países extranjeros, colocando a familiar muy
allegado a lo que forman parte del gobierno de una de esas
Autonomías.
Oiga, no es por nada, pero un puesto de esos de embajador en
Francia, por un suponer, a un hermano que no vale para nada,
dándole una buena pasta gansa, más lo que cuesta mantener
esa embajada, alquiler, luz, calefacción y todo lo que no se
ve, que diría mí amigo el gitano Juan, es algo muy necesario
para el gobierno de una “nación” que sólo existe en la mente
calenturienta de cuatro mindundis. Pues, al final, esa
“nación”, no es más que la reunión de cuatro provincias, a
las que le han cambiado el nombre y que, con ese cambio, sus
nombres suenan hasta peor.
Con estas Autonomías habría que seguir, en nuestro país, el
ejemplo de la UE que ha recortado soberanía presupuestaria a
los estados miembros para que no vuelva a pasar lo de
Grecia.
Hay que acabar, de una vez por toda, por el bien de España,
con esos enromes despilfarros que vienen realizando con el
dinero de todos los españoles, quitándoles competencias si
ello fuese necesario.
Y si algunos, de esas Comunidades Autónomas, se nos enfadan
y quieren levantar el gallo les dejamos, como se decía en mí
época de chaval, que todas su reclamaciones se las pasen al
maestro armero.
España, en su conjunto, es mucho más importante que todas
esas Autonomías que están despilfarrando el dinero de todos
los españoles en auténticas gilipolleces, como pueden ser
las embajadas o la compra de preservativos.
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