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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 6 DE OCTUBRE DE 2010

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Camino del Edén
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Es en lo que parece que se ha convertido Ceuta, desde hace muchos meses, años diría yo, pero muy especialmente desde este pasado verano.

Y cada día con métodos más sofisticados o con utensilios más de andar por casa, entran en los dominios de Ceuta, mayores y pequeños, sin que haya barreras que puedan frenarlos.

No me cabe la menor duda que deben estar viviendo en sus territorios una situación angustiosa, para arriesgar, incluso la vida, ya hemos comentado esto en días pasados y tratan de situarse en otro sitio, en el que aunque “la luz del sol” no les proteja, por completo, cuando menos una mínima “sombra” los cobije mejor que en la tierra en la que nacieron.

Todo esto, con ser muy humanitario, deberá analizarse con detenimiento, porque Ceuta es imposible que pueda hacer frente a estas riadas humanas que, desde la costa marroquí, que es la más cercana, se cuelan a nuestros dominios.

La última, cuando estoy escribiendo el lunes a las ocho de la tarde, es la llegada de otros trece inmigrantes que vienen en oleada y llegan desde la costa marroquí.

Aquí ya comenzamos con no utilizar, ni siquiera en esto, bien la terminología, por cuanto eso de subsahariano ya se está convirtiendo en una palabra que se empieza a dar para personas que nada tienen que ver con esos territorios, al ser de otros países mucho más cercanos a nuestras fronteras, de donde se están “colando” con demasiada frecuencia y en un gran número.

En nuestra edición del pasado lunes y en portada, podemos leer: “La Gadir rescató a siete marroquíes, tres de ellos menores y a cuatro subsaharianos y la Guardia Civil interceptó a dos argelinos en Juan XXIII, uno ya estaba en tierra y el otro en el agua”.

Las cifras si para algo sirven es para poner de manifiesto lo que escribíamos líneas atrás y es que es menos de la tercera parte, de los que van llegando, de esos países más lejanos, mientras de territorios vecinos “entran” con mucha más facilidad.

Aquí parece que vale todo, incluso que en esas peripecias en busca del Edén haya muchos que no pueden llegar a ninguna parte porque el mar los ha frenado para siempre.

En los otros casos, más de una docena más que han llegado a Ceuta y luego, una vez aquí ¿Qué?.

El CETI tiene una capacidad limitada y en él han comenzado a hacer acto de presencia los enfrentamientos entre bandos que, a nada bueno, conducen.

Además, con un CETI completo, no deben quedar muchos más lugares para acoger o recoger a tantas “expediciones” como se están dando últimamente, cosa que hace que veamos, más de lo que quisiéramos, a gentes “mendigando” en las propias cercanías de la Ciudad Autónoma, o que, como ha sucedido ya, nos encontremos con inmigrantes “reivindicando” no sé qué en nuestro propio país y en nuestras propias tierras.

¿Qué nos pueden reivindicar esos siete marroquíes rescatados por la “Gadir”?. A nosotros nada, a pocos metros tienen su propio país, donde podrán reivindicar los que les permitan, sin que a nosotros nos importe demasiado. Claro que eso les puede resultar tabú y por ello el “salto” hacia esta parte de la frontera, donde lo tienen todo más a mano.

Hay que cortar, como sea, las operaciones reclamo que, posiblemente, enfrasquen a más de uno en unas ilusiones que no tienen base alguna.
 

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