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sucesos - MIÉRCOLES, 6 DE OCTUBRE DE 2010


entrada al interior de la sala. archivo.

tribunales
 

La Audiencia considera
inocentes a dos imputados por lesiones con navaja

El tribunal dicta sentencia absolutoria tras dos
horas de juicio al no encontrar pruebas que relacionen a los acusados con la agresión denunciada por un hombre preso en Marruecos
 

CEUTA
Cristina Marzán

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Los magistrados de la Audiencia Provincial dictaron ayer sentencia absolutoria a favor de dos hombres después de estar imputados durante cuatro años por unas lesiones con navaja. Los jueces, durante las dos horas de celebración del juicio, no encontraron pruebas que relacionasen a los acusados con dicha agresión, denunciada por un ciudadano que no acudió a la vista al encontrarse preso en Marruecos por otras causas. Por lo que la inocencia de los mismos quedó firmada judicialmente.

”Reitero mi inocencia y lamento que una mente perversa haya causado este sufrimiento para mi familia durante estos cuatro años”. Estas fueron las últimas palabras de uno de los dos hombres que ocuparon ayer el banquillo de los acusados de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta por un delito de lesiones que les imputaba el representante del Ministerio Fiscal en la ciudad y por el que se enfrentaban a seis años de prisión.

Dichas palabras junto a los testimonios aportados ayer por la defensa en el juicio fueron pruebas suficientes para demostrar que los encausados eran inocentes, por lo que el tribunal de la Sala, tras dos horas de sesión, dictó sentencia absolutoria a favor de los procesados con un sólo argumento: “Queda acreditado que hubo una serie de lesiones sobre el denunciante aunque no existe ninguna prueba que las relacione con los hoy acusados”, deliberó, ‘in voce’, el magistrado.

Los hechos que fueron denunciados por un ciudadano, actualmente preso en Marruecos por otras causas y por lo que no pudo comparecer en el juicio, tuvieron lugar el 19 de noviembre de 2006 en los garajes de la antigua Estación de Ferrocarril. Según consta en las diligencias del Cuerpo Nacional de Policía, este expuso que en dicha fecha fue “brutalmente agredido” por los acusados, quienes le asestarían “fuertes golpes con un bate de béisbol” y un corte en la cara con una navaja. Además de denunciar el robo de su reloj modelo Rolex durante tales lesiones.

Esta teoría fue desmontada, a través de los interrogatorios a los testigos y forenses, por los dos letrados de la defensa. Con respecto al robo, uno de los agentes de dicho Cuerpo reveló que durante la visita al domicilio del denunciante, había observado que este llevaba puesto el objeto y que, “mientras lo interrogamos, se desplazó a otra sala y luego regresó sin el reloj en la muñeca”.

Partiendo de los hechos iniciales de la causa, uno de los abogados presentó como prueba una acusación del Ministerio Fiscal de Málaga sobre el denunciante por una denuncia falsa. Por lo que pretendía demostrar la credibilidad del mismo así como la existencia de una disputa familiar entre ambas partes en fechas anteriores. “Es cierto que el denunciante tuvo un problema con mi hermano menor, del que intentaba aprovecharse. Y luego vino pidiéndome 9.000 euros que, evidentemente, no le di porque todo el mundo en el barrio sabe que está loco. Así que nos denunció e incluso chantajeó para que le pagásemos a cambio de retirar la denuncia”, declaró uno de los acusados.

Con respecto a las lesiones, no se presentaron pruebas al carecer del supuesto arma utilizado, ni de la zona donde ocurrieron los hechos ya que el denunciante, en su día, manifestó que había un charco de sangre. Sobre el riesgo de las mismas y en calidad de testigos, tanto el forense como la doctora que atendió en urgencias al supuesto perjudicado, advirtieron que no existía riesgo vital e incluso que las dolencias presentadas podían ser de agresiones anteriores. “Decía que le habían perjudicado un ojo por lo que solicité la supervisión de un oftalmólogo que acreditó que ya tenía esa carencia, sin estar motivada por los golpes”, señaló la doctora. Para insistir en la falta de fiabilidad del denunciante y a preguntas de los abogados, un policía reconoció que este ya tenía causa anteriores por “inmigración clandestina, tráfico de drogas y es conocido policialmente”.
 

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