Hace aproximadamente una semana, la dirección territorial
del INGESA de nuestra ciudad, siguiendo su discurso habitual
de: “la situación de la sanidad ceutí es idílica” hacía uso
de una estadística de la que se podía deducir que el gasto
sanitario en nuestra ciudad es el más alto de todo el
territorio español. La realidad que nosotros percibimos
dista tanto de lo afirmado en estos datos que hemos
recordado aquella frase que dice que hay: mentiras, grandes
mentiras y estadísticas. Por un lado, y tal y como han
afirmado otros sindicatos, un factor a tener en cuenta y que
no recogen adecuadamente las estadísticas es la presión
asistencial que ejerce sobre nuestro sistema sanitario la
población marroquí, pero además de este factor, lo que a
nuestro entender, hay que tener en cuenta fundamentalmente a
la hora de interpretar esta estadística es que incluya
gastos estructurales y puntuales como el nuevo hospital,
este hecho distorsiona completamente la estadística y la
invalida como método de comparación con otras comunidades.
De hecho nos parece un burdo intento de engaño, ¿quién está
jugando a la desinformación? Si el nivel de inversión es tan
puntero ¿porque sus trabajadores continúan con la jornada
más larga de todo el sistema nacional de salud? ¿Cuándo se
va a usar parte de ese “generosísimo” caudal monetario para
adecuar la plantilla las necesidades reales de la ciudad y
sus peculiaridades?
En otra de las noticias del mismo día señalado antes, el sr
Lopera calificaba de penosos algunos de los argumentos
usados por CCOO, como el exceso de directivos o de la
posibilidad de una gestión local de la sanidad. Cuando
leemos la afirmación que hace el señor Lopera de que
“depender directamente del ministerio de sanidad es un lujo
porque significa una mayor inversión “nos sorprende que use
un razonamiento tan simplista como erróneo, el volumen de
recursos dedicados a un sistema sanitario concreto se decide
por factores mucho más complejos que la dependencia directa
o no del ministerio de sanidad. Nos parece una valoración a
todas luces insuficiente e interesada de un tema con tantas
aristas como la gestion central o local de la sanidad. Una
gestión local de la sanidad evitaría que los máximos
responsables (l Sara Pupato) se encuentren a 700 kilómetros
de la zona de salud sobre la que toman decisiones. Además
disminuiría el número de cargos directivos y administrativos
ya que haría innecesario, en ciertos aspectos, el
mantenimiento de un ministerio que gradualmente ha ido
orientando sus funciones hacia las políticas sociales y de
consumo, limitando sus competencias en atención sanitaria a
labores de mera coordinación. Una transferencia de
competencias en materia de sanidad (entre otras materias)
permitiría a Ceuta una autonomía plena sin tutelas
estatales, un derecho que conlleva una cercanía en la
gestión que están disfrutando los españoles del resto del
territorio español y que se niega una y otra vez a Ceuta y
Melilla que pasan a ser territorios de autonomía cercenada y
supervisada.
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