Es lo que parece que no hay para
muchos de esos desheredados de la fortuna que terminan en
una playa, tras haber sido arrastrados, sin vida, por las
olas del mar.
En más de una ocasión, por desgracia, hemos escrito sobre
estos “desconocidos” a los que se ha recogido en una playa,
simplemente ahí, se les ha hecho la autopsia y nadie ha
reclamado su cadáver, como nadie, al menos aquí, ha sabido
quien era el fallecido.
Es una de las pegas que siguen existiendo en el mundo de la
globalización, en el que parece que se controla todo, pero
lo más elemental pasa como podría haber pasado hace medio
siglo.
En pocos días, en menos de una semana, y en muy pocos metros
de separación, han aparecido dos cadáveres, en las
inmediaciones de la playa, uno junto al Tarajal, el otro en
aguas de Juan XXIII.
Y hay una pregunta que me he hecho, tras conocer la
aparición de este segundo cadáver, flotando, sobre las
aguas:”¿Pertenecían los dos a la misma expedición?”.
No sé si lo llegaremos a saber, a ciencia cierta, en algún
momento, pero las condiciones no parecen muy distintas, como
no son distantes los lugares en los que han aparecido.
La información de Antonio Gómez, en nuestra edición del
domingo, decía que:”La Guardia Civil ha hallado el cuerpo
sin vida de otro inmigrante argelino, flotando en aguas de
Ceuta”.
Así había llegado a las inmediaciones de nuestras costas un
ser humano al que dudo que espere nadie, en ninguna parte y
dudo más que él mismo tuviera un viaje programado hacia
alguna parte segura.
Es más que posible que sea, fuera mejor dicho, uno de tantos
que coge un rumbo, el que sea y ya veremos si ese rumbo
llega a algún lugar concreto.
Eso sí, con el cadáver en la costa, y para hacer todo tipo
de reconocimientos legales, ya post mortem, bastante
acompañamiento: forense y juez, efectivos de la Policía
Local, Guardia Civil ..., pero eso ya es un simple cadáver.
Por el atuendo, si es que esto nos dice algo, podría
pensarse en un inmigrante que trataba de entrar a nado hasta
nuestra ciudad, ya que llevaba puesto un traje de neopremo.
No hay mucho más de él, a parte de interpretarse que se
trataría de un “inmigrante” de unos treinta años.
Se añade que posiblemente fuera de nacionalidad argelina,
pero aquí nos quedamos “ a oscuras” en más averiguaciones,
en tanto que en Ceuta no hay una documentación, tampoco
haría falta, que atestigüe esos términos.
Y volvemos a lo mismo que comentábamos antes: el cuerpo,
éste último, fue localizado, tan sólo, dos días después de
haber encontrado la Guardia Civil el cadáver de un magreví
de entre veinte y treinta años.
Por eso yo preguntaba si ambos pertenecían a la misma
“expedición” y habían pretendido entrar de forma similar y
corriendo la misma suerte.
Podríamos preguntar más cosas, porque dos casos coincidentes
en el tiempo y en los lugares, de una forma muy similar, es
más que posible que tengan explicaciones que nadie va a dar,
a nadie se le van a preguntar y lo que es más doloroso,
nadie va a pedir explicaciones, ni siquiera alguna de esas
ONGs que tanto “predican” en ciertos momentos, aunque en
casos de este tipo, esperan “con la cabeza debajo del ala”.
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