Imaginémonos, que el 21 de Agosto
de 1415, las huestes de Juan I de Portugal, capitaneadas por
sus hijos; Eduardo, Pedro y Enrique el navegante hubieran
sido derrotadas por las tropas azafíes del reino de Fez.
Evidentemente, no se hubiera producido la conquista
portuguesa de nuestra ciudad y por tanto, ni el posterior
plebiscito popular, que propiciaría nuestra permanencia en
el reino de España, ni todos los acontecimientos que hoy
recogen los libros de historia en relación a una ciudad
española en el norte de África. Con total seguridad, hoy
estaría reflexionado desde una localidad española situada en
cualquier zona peninsular en relación a otras problemáticas
totalmente ajenas a una ciudad marroquí cuyo nombre podría
haber sido “Sebta”.
Puestos a imaginar, con total seguridad, hoy no podría estar
compartiendo con todos ustedes estas humildes reflexiones
puesto que, nuestra ciudad pertenecería de pleno derecho al
reino alauí, una monarquía totalitaria en la que su máximo
dirigente comparte poder religioso y político, Mohamed VI
sería nuestro Rey. Un país en el que los derechos y las
libertades no existen, un país en el que se persiguen al
resto de religiones, un país que ha expulsado durante el
presente año a docenas de cristianos como consecuencia de la
lucha que las autoridades marroquíes llevan a cabo contra
las tentativas de propagación del credo evangelista.
Por tanto, al carecer de todos estos derechos y libertades,
hoy no estaríamos debatiendo en relación a la idoneidad de
la aprobación, por parte de todos los grupos con
representación parlamentaria, de la creación de la Fundación
Ceuta 2015, que homenajeará el sexto centenario de la
llegada del reino de Portugal a nuestra ciudad. Iniciativa
apoyada por un importante número de asociaciones y
organizaciones de la sociedad civil ceutí así como, de los
grupos políticos representados en la Asamblea a excepción de
la UDCE de Mohamed Alí y de su socio político en la
Coalición Caballas, Juan Luís Aróstegui.
Puestos a imaginar, al no haberse producido la ocupación
portuguesa de nuestra ciudad, no se habría podido convocar
el plebiscito popular que nos habría permitido permanecer
bajo la corona de España. Por tanto, Ceuta no existiría tal
y como hoy la conocemos, nuestras calles no honrarían la
memoria de ilustres ceutíes fallecidos en los últimos años,
no existirían las Avenida Juan Pablo II, Avenida Reyes
Católicos ni la Avenida de África, tampoco existirían los
jardines de la Argentina ni el Complejo Monumental de las
Murallas Reales. La Virgen de África, nuestra patrona, no se
encontraría en la Iglesia que lleva su nombre y por
supuesto, no existiría el Parque Urbano Juan Carlos I donde
ondea una gran bandera roja y gualda, la bandera de España.
En definitiva, aunque la imaginación es libre y necesaria en
ocasiones, la realidad termina imponiéndose. Ceuta fue
conquistada por Portugal en 1414 posteriormente, un
plebiscito popular propicio nuestra permanencia bajo la
soberanía de Felipe IV y desde entonces, nuestra ciudad
pertenece por derecho propio a España. La creación de la
Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015 fue apoyada por la
mayoría de nuestros representantes políticos y por ello, los
ceutíes homenajearemos una ocupación portuguesa que permitió
posteriormente nuestra permanencia donde libremente
elegimos, pese a la oposición de unos pocos ceutíes
coaligados por intereses partidistas en el proyecto liderado
por Mohamed Alí y Juan Luís Aróstegui.
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