Las últimas semanas se han significado por la exacerbación
de la postura política de las formaciones que conforman la
coalición “caballas” contra el Ejecutivo de la ciudad.
La memoria es frágil, sobre todo cuando la perdemos
intencionadamente y nos olvidamos de cómo la concordia
accedió a la vida política local en los últimos años.
Circunstancia que algunos pretenden transformar, sobre todo
a raíz de la incorporación de Juan Luis Aróstegui a la
coalición “caballas”, quien no duda en utilizar en beneficio
de dicha coalición todos los medios que le confiere el ser
secretario general de la central sindical Comisiones
Obreras, así como el de sus otras muchas responsabilidades.
En unas ocasiones comparece como secretario general de dicha
central sindical, en otras como secretario de política
autonómica del “partido socialista del pueblo de Ceuta”. Si
las declaraciones a realizar implican criticar abiertamente
la gestión del Ejecutivo local, utiliza la portavocía de la
coalición “caballas”. Pero, si necesita criticar la gestión
educativa en la ciudad, se coloca una vez más el cartel de
líder sindical, aunque en esta ocasión, como máximo
responsable de la junta de personal docente, garantizándose
con todas estas responsabilidades, su presencia diaria en
los medios de comunicación locales.
En esta ocasión y no será la última, la polémica artificial
ha sido generada como consecuencia de la petición de incluir
en el calendario laboral para el próximo año, la Pascua
Musulmana como festividad local. Debemos recordar que hasta
el momento, dicho debate se había producido con absoluta
normalidad en el seno de la comisión informativa
correspondiente, donde la totalidad de sus integrantes
alcanzaban el consenso. Posteriormente, dicho acuerdo era
trasladado al Pleno de la Asamblea, y allí finalmente
recibía la aprobación por unanimidad de todos los diputados
presentes.
Pues bien, la actuación del principal grupo de la oposición,
coaligado con la formación localista, ha sido diametralmente
opuesta. Han sustituido el consenso, por el discurso
agresivo e irrespetuoso contra el Ejecutivo local, acusando
incluso de racista al Presidente, Juan Jesús Vivas.
Circunstancia, que demuestra las diferencias existentes
entre quién lidera una Ciudad sin distinción entre sus
ciudadanos, y quién lidera una coalición política que
utiliza tradicionalmente la ruptura social con la única
intención de conseguir rédito electoral.
En definitiva, los ceutíes tenemos la obligación moral de
rechazar cualquier actuación que promueva la confrontación
entre las diferentes culturas que se integran en nuestra
Ciudad. La búsqueda del consenso y de la paz social deben
ser el objetivo prioritario de quienes representan a la
ciudadanía, que necesita la responsabilidad y la complicidad
de todos sus políticos sin excepción alguna.
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