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sociedad - SÁBADO, 2 DE OCTUBRE DE 2010


Julio de Antón. j.a.g.

REPORTAJE
 

Julio de Antón, el ceutí que
formó al Príncipe Felipe

Maestro, filósofo, psicólogo, comisario
de Policía, editor, historiador... De Antón regresó esta pasada semana a Ceuta
donde disfrutó de sus paseos, las vistas
y el reencuentro con sus gentes
 

CEUTA
Antonio Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Filósofo, doctor cum laude en Psicología, maestro, comisario del Cuerpo Nacional de Policía, historiador y editor Julio de Antón López (Ceuta 1943) dedicó esta semana a pasear por su tierra a la que le tiene “un cariño muy especial”. Detrás de él le acompaña una vasta e intensa vida dedicada la docencia, al estudio y al análisis. Autor de 14 libros, la periodista y escritora Margarita Riviere dijo de él que “Julio de Antón es, tal vez, uno de los personajes con más bagaje y experiencias educativas, mostradas y demostradas por el discurso de una vida profesional azarosa y con demasiados cambios.”

Durante esta semana, el que fuera en su día director general de la Policía de la Ciudad Autónoma (1997/98), ha tenido la oportunidad de hacer en su tierra lo que realmente le gusta “pasear, montar en autobús y contemplar a las gentes”, porque se reconoce un auténtico “vouyer social”.

Recuerda con cariño especial su etapa como docente en el instituto de Ceuta allá por los primeros años de la década de los 60 y a aquéllos 100 niños ceutíes a los que llevó a Madrid para mostrar la capacidad de estos muchachos en lo que se llamaba ‘expresión dinámica’, una suerte de tabla de gimnasia sostenida que se llevaba por entonces en lo que era el incipiente mundo de la actividad deportiva regulada en las aulas. Un viaje con un centenar de jóvenes de instituto que contó con la participación de José Solera, recuerda De Antón, y de Jaime Rigual “y un tal Juárez, un policía municipal muy comprometido”.

Ha paseado Julio de Antón por las calles de su ciudad durante esta semana, de descanso, en su aun agitada vida en la capital. Paseó físicamente y mentalmente. Los olores de la brisa marina de Ceuta le traslada a esas Escuelas Prácticas donde correteó su infancia aunque nació en la calle Fernández; y a las calles de aquella bulliciosa y activa Villajovita de la década de los 50. Un barrio en el que se quedó tras su matrimonio “con una ceutí”, apunta orgulloso durante su tranquila y sosegada conversación.

“Ceuta ha cambiado mucho. Es muy bonita, límpia... de las ciudades más ‘guapas’ de España, y mira que que recorrido el país”. Se queda maravillado de su luminosidad y reconoce que “es una auténtica perla”.

Pasear por sus calles sirve de ejercicio cognitivo donde el recuerdo azuza a la memoria constantemente. “La gente me saluda porque, sobre todo los mayores de 50 años, aún se acuerdan del profesor”. Julio de Antón, que es licenciado en Filosofía Pura con calificación de sobresaliente y doctor en Psicología con el reconocimiento Cum Laude, muestra su lado más orgulloso y de satisfacción cuando se le habla de su condición de maestro. Su vida docente se inició tras aprobar la oposición al Magisterio Nacional ,año 1962, y pasar destinado como propietario en Cortes de la Frontera, Cádiz, luego adscrito provisionalmente a la escuela Sánchez Navarro en Ceuta, circunstancia que favoreció ser un especialista en calidad de profesor de Educación Física y Maestro de Judo y por tanto subir un peldaño en el discurso docente , trabajando como profesor en el Instituto de Enseñanza Media de aquella localidad, Taller Escuela Sindical Virgen de Africa y destacado en los finales de curso en Institutos de Enseñanza Media ubicados en Tetuan, Larache y Alcazarquivir, (Marruecos), en el transcurso de los años 1962-68. En la década de los setenta pasó a ocupar la plaza de profesor titular numerario de psicología criminal en la Escuela Superior de Policía , años 1973-82, compartiendo este desempeño con la Dirección del Colegio de Huérfanos de la Dirección General de Seguridad.

Preceptor del Príncipe Felipe


Fue esa experiencia acumulada la que llevó a Zarzuela. En 2008, SAR el Príncipe de Asturias recibió en audiencia al educador, historiador y escritor ceutí Julio de Antón, al objeto de recordar los trece cursos coordinados y dirigidos por él, programados y financiados por Zarzuela, para la formación extraescolar del Príncipe, en el transcurso de los años 1976-1983 . En dicha audiencia quedó evidenciada la magnífica formación extraescolar de SAR el Príncipe de Asturias, en los periodos de niñez y pubertad (nueve a dieciséis años) fue de la mano de aquel ceutí, que fuera su Preceptor, designado por SS.MM. los Reyes de España a principios de 1976, apoyado por más de ciento treinta educadores, entonces, los más cualificados del país. Julio de Antón recuerda a González Grenn, Rodríguez de la Fuente, Pérez de Tudela, Pascual del Riquelme, Mariano Haro, Sánchez Paraiso, Roland Burger, Martín Barroso, De la Cuadra Salcedo, Lombau, “y un largo etcétera, todos y cada uno especialistas y expertos en creatividad, tiempo libre, naturaleza, deporte, animación sociocultural, supervivencia y convivencia”.

Nuestro protagonista se siente orgulloso de haber participado “directamente” a ayudar a madurar y socializar la personalidad del que está llamado a ser Rey de España, a ayudarle a aprender habilidades en la naturaleza, deporte, estudio; a facilitar su creatividad e imaginación; “a convivir”, apunta un orgulloso De Antón, deportista nato y cinturón negro de Judo tercer Dan. “Fueron momentos muy felices, muy agradables”. Ha escrito su Tesis Doctoral y se la ha dedicado a Don Felipe quien le recibirá en audiencia próximamente acompañado de su nieto Iván, su hija Sofía y su yerno. Las vivencias con el Príncipe “son muchas. He estado nueve años intensos con él, lunes, miércoles, viernes, algunos fines de semana y los veranos en Palma”.

Del Príncipe dijo que es “muy inteligente” y cuenta con una “habilidad tremenda para los idiomas, para el manejo de aparatos... porque tiene un sentido espacial excepcional. Dispone de una cualidad que llamamo inteligencia emocional muy pronunciada”. “Tiene un gran nivel de empatía, proyecta una imagen muy buena”. “Aparte del tallaje escolar, en el extraescolar era soberbio. Con 9, 10, 11 y 12 añitos era un gimnasta fenomenal, nadador, alpinista excepcional, amante de la naturaleza, era participativo, solidario... y ser su preceptor ha sido de lo que más me ha llenado en mi vida”. La sabiduría, la sapiencia adquirida desde la niñez en las Escuelas Prácticas, en Villajovita, el disfrute de la playa del Sarchal, de Calamocarro, su formación en la escuela del ‘chatominini’, “un magnífico profesor”, le proporcionaron un poso que ha transmitido a SAR el Príncipe.

En esos tiempo De Antón compatibilizaba la formación del Príncipe Felipe con el estudio “desde dentro” de las bandas de delincuentes juveniles. De su trabajo con la ‘Banda del Tetilla’ se editó un libro que sirvió de base para la recreación de aquél Madrid azaroso de finales de los 70 en una película dedicada a esta delincuencia, ‘El honor de las injurias’. En cualquier caso, el mundo juvenil, la investigación de las tribus urbanas, los grupos eversivos del fútbol y la delincuencia infantil y juvenil, han formado gran parte de su labor, lo que le llevó a dirigir -en su periodo policial- un equipo de seguridad destinado a combatir la violencia de los ultras en el fútbol español a finales de los 80, fue presidente de la Comisión antiviolencia.

Julio de Antón no para. Tiene en proyecto volver a la Liga de Fútbol Profesional en virtud de una propuesta para aplicar su sistema predictor de los encuentros denominados de alto riesgo y analizar comportamientos y anticiparse a los acontecimientos. Pero también mantiene el interés de contar, en conferencias, la vida del Rey Pedro el Cruel de quien esribió una amplia novela histórica de más de 400 páginas. Asímismo, entre los proyectos en mente, no ha aparcado la posibilidad de continuar lo publicado en el libro titulado ‘La mano del octaedro’, la vida de un policía que nace en un pueblo de Castilla y que en 1905 lo destinan a Barcelona para escoltar a Alfonso XIII en aquélla España de anarquistas llena de vicisitudes para el agente, que no deja de ser un alter ego del propio Julio de Antón en su experiencia en la Brigada Criminal.

Después de una semana de andar Ceuta, de rebuscar por los rincones de la memoria de esta ciudad a la que están tan unido, Julio de Antón regresa a Madrid para seguir dando rienda suelta a sus proyectos y a seguir cultivando un intelecto ya de por sí excepcionalmente germinado.
 

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