Miguel Ángel Moratinos, ha asegurado que el Gobierno
trabajará para mejorar las condiciones de “seguridad” y
“dignidad” en los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla
porque cree que estas fronteras tendrían que ser “más
adecuadas” a lo que es una relación de vecindad con
Marruecos. Moratinos, que ha comparecido ante la comisión de
Exteriores del Congreso, se ha referido a esta cuestión
fronteriza, que suscitó ciertas tensiones entre España y
Marruecos el pasado agosto.
Moratinos, que ha comparecido ante la comisión de Exteriores
del Congreso, se ha referido a esta cuestión fronteriza, que
suscitó ciertas tensiones entre España y Marruecos el pasado
agosto y en este contexto ha lamentado las críticas que el
ex presidente del Gobierno José María Aznar y el dirigente
del PP Esteban González Pons lanzaron entonces contra el
Ejecutivo.
Sólo añadieron “tensión y alarma” ha dicho el titular de
Exteriores, mientras que ha valorado el comportamiento del
líder popular, Mariano Rajoy, cuyas declaraciones al
respecto fueron, a su juicio, “correctas y equilibradas”.
También se ha referido al problema de los derechos humanos
del pueblo saharaui y de los activistas y ha afirmado que se
está “mejorando” para que los éstos puedan trabajar sin
problemas.
De hecho, ha señalado, cada vez son más los que entran y
salen del Sahara y se desplazan a otros países con “plena
libertad”.
Al mismo tiempo ha insistido en que los programas de
reunificación familiar los debe también ejecutar el Frente
Polisario y no sólo exigirle a Marruecos que los cumpla.
De esta forma, ha respondido a lo que le han planteado los
distintos grupos políticos, como ERC, que, a través de su
portavoz en la comisión, Joan Tardà, ha pedido al ministro
que el Gobierno adopte una postura “más rotunda” ante
Marruecos en lo que respecta a la violación de los derechos
humanos del pueblo saharaui.
Un problema que, de nuevo, ha vuelto a saltar después de que
ayer el actor Guillermo Toledo, ha explicado, denunciara
haber sido agredido por las fuerzas de seguridad marroquíes
cuando se encontraba en el Sahara Occidental para hacer de
“escudo humano” ante posibles represalias contra activistas
saharauis.
Tardá ha aprovechado su intervención para hacer una crítica
del nuevo embajador de Marruecos, Ahmedu Uld Suilem, antiguo
miembro del Frente Polisario, según ha recordado, a quien ha
calificado como un “’botifler’” (vocablo catalán que en
castellano significa colaboracionista) y de quien ha dicho
que le “parece incluso un insulto” a las complejidades de la
historia.
Se ha preguntado si al ministro no le costaría “tragar
saliva” cuando le presentó sus credenciales diplomáticas. “A
mí sí”, ha recalcado.
El diputado de IU Gaspar Llamazares ha apelado a afrontar
“con decisión” la cuestión del Sahara, aunque se ha mostrado
partidario de mantener buenas relaciones “vecinales” sin
ignorar los contenciosos o mirar hacia otro lado “en las
zonas calientes”. Gustavo de Arístegui, por parte del PP, ha
hecho hincapié en que Marruecos es una “prioridad
estratégica” para cualquier gobierno “sensato” y la relación
tiene que sostenerse en el respeto, la claridad y la “firme
defensa” de los intereses españoles.
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