La magistrada del Juzgado de lo Penal número 1 dictó ayer
sentencia condenatoria contra un hombre que confesó ser el
autor de un delito contra la salud pública, es decir,
tráfico de drogas.
Por ello, tendrá que hacer frente a la pena de cuatro años
de prisión y el pago de 171.196 euros de multa, con tres
días de responsabilidad personal subsidiaria en caso de no
abonar ducha cuantía. Además de serle intervenido su propio
vehículo así como la sustancia estupefaciente.
Los hechos se produjeron el pasado 21 de agosto, sobre las
13:45 horas, en la zona de preembarque de vehículos de la
Estación Marítima, durante la inspección que, a diario,
realizan los agentes de la Guardia Civil. Al parecer, el
turismo en el que viajaba el acusado, un Crysler, llevaba
ocultos en varias zonas del interior, un total de 120 kilos
de resina de hachís, que fueron detectados gracias al can
que la Benemérita utiliza para estos fines. La droga iba
distribuida en un total de 220 bloques, divididos entre el
salpicadero del coche, las vigas del chasis y los asientos
delanteros y traseros del mismo.
El delito viene recogido en los artículos 368 y 369 del
Código Penal que castiga a “los que ejecuten actos de
cultivo, elaboración o tráfico, o de otro modo promuevan,
favorezcan o faciliten el consumo ilegal de drogas tóxicas,
estupefacientes o sustancias psicotrópicas, o las posean con
aquellos fines’.
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