Tan acostumbrado como estoy a mi
situación de jubilado activo, con todo el tiempo libre a mi
disposición, se me hace duro imaginar que pronto tendré que
volver a mi estatus de trabajador.
Por 32 días dejaré de ser jubilado.
Lo que ya es histórico en mi caso. Los tres años que llevo
de jubilado activo han pasado tan raudos que ni siquiera
puedo recordar que no fue ayer mismo.
Lo que ya no es histórica es la opinión de Larbi Mesari al
manifestar que “… se trata de un territorio de Marruecos que
España debe entregar a su verdadero dueño”, en referencia a
Ceuta y Melilla.
La historia, la verdadera, nunca aplica el vocablo de
“territorio propio” referido a las dos ciudades españolas
como parte integrante del país vecino.
La historia, la de ellos recientemente escrita, afirma lo
contrario.
Importa un pimiento que se reúnan historiadores, juristas,
políticos y representantes de la sociedad civil (los
anexionistas) que aseguren que su país tiene todo lo
necesario para recuperar las dos ciudades.
Argumentos históricos corresponden a familias musulmanas, no
marroquís, que hablan de epopeyas cuando ni existía
Marruecos en la mente de nadie.
Argumentos jurídicos no existen, dentro del Derecho
Internacional, que vayan avalando sus pretensiones, a no ser
que su servicio de inteligencia, el marroquí, asuma el papel
de la CIA y vaya creando documentos jurídicos falsos.
Argumentos geográficos… jua, jua, jua. Si no fuera porque
los españoles consentimos en que naciera Marruecos… ¿qué
argumentos?
En realidad tendría que haberse denominado Berbería.
No es correcta la salida de los anexionistas marroquís
porque a nada conduciría, visto de esa forma, si agregan que
nuestros argumentos son adoptados por España para defender
la españolidad de las dos ciudades.
Cría cuervos y…
Un punto sobre el que NO estoy absolutamente de acuerdo: dar
festividad a un acto religioso en un país laico.
Importa, y mucho, que demos alas a los enemigos del país y
declarar festivo un día para el Islam. Las consecuencias
serán desastrosas, al tiempo.
Estas cosas, que nuestros políticos consideran banales,
tiene una fuerza tremenda para revalorizar la autoridad de
los moros en sus intenciones de “recuperar” las dos
ciudades.
La democracia no contempla imponer la religión. Es cosa
aparte.
España no contempla las actividades religiosas como para
darles carácter festivo cada vez que se celebren, si
exceptuamos la Semana Santa que ahora es un reclamo
turístico de primer orden y por la que se obtienen bastantes
ingresos.
Para eso fue creada. Porque en lo religioso…, nadie cree a
estas horas su historia.
Los países destacan por sus tradiciones, si otro país impone
las suyas… dejan de ser un país soberano para convertirse en
un país dependiente o satélite.
Se han preguntado Vds. lo siguiente: ¿Cualquier país árabe,
desde Marruecos al Yemen, permitiría que se celebrara la
Semana Santa, con carácter oficial de festivo, dentro de su
territorio?
Le damos la oportunidad de que trabajen, y puedan mantener a
sus familias, dentro de nuestro territorio. Les permitimos
participar en nuestra vida política… como españoles.
Toleramos que se traigan a sus mujeres e hijos por efectos
del reagrupamiento familiar sin tener en cuenta de que
tienen, cada moro, tres o cuatro mujeres con sus respectivos
hijos. No todos, claro.
Qué les importa a ellos Ceuta y Melilla, dos ciudades
carentes de industria. Abogo por la tolerancia cero si
queremos evitar problemas más graves.
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