La pasada ha sido al 50% de verano
y de otoño, esta ya es otro cantar, otoño puro, aunque puede
resultar calentita, por aquello de que los sindicatos, los
mayoritarios especialmente, “se han dado cuenta” de que se
han equivocado en sus formas de actuar y ahora “quieren
meterle las cabras en el corral” a Zapatero con una Huelga
General, que ya veremos como termina.
¡¡A buenas horas, mangas verdes!!, cuando ya se les ha visto
el plumero y el personal ha dejado de confiar en ellos, con
lo que muchos han dicho que para afiliarse a unos sindicatos
así, “vendidos” al poder, mejor se afilian a la “falange de
Hornachos”, por afiliarse a algo.
La semana, pues, tendrá el termómetro en funcionamiento para
medir lo que son capaces de hacer y para seguir midiendo la
fuerza que, realmente, tienen los sindicatos hoy, frente a
la política del Gobierno.
Anticipándonos a la realidad del día 29, me parece que,
ahora mismo, tal y como se presenta la situación, cualquiera
de las dos partes firmaría “tablas” o empate técnico, con lo
que ganar no habría ganado nadie, pero crecer en
credibilidad, tampoco lo hubiera hecho ninguna de las partes
que entran en litigio, y con ello seguirían como están, los
unos “tirando de las ubres estatales” y los otros curándose
los pequeños rasguños que dejen las secuelas de la huelga.
Al fin y al cabo, todo va a seguir igual, que es lo peor que
le puede suceder a “Pepe pueblo” o lo que es igual a
cualquiera de sus vecinos.
Claro que con este “empate” unos y otros siguen su carrera,
los unos la de la política, hoy muy denigrada por todos, los
otros la sindical, algo que ha hecho su aparición como tal
carrera recientemente, a base de unas proclamas o unos
discursos vacíos que, a duras penas, se creen los que los
pronuncian y que poco estimulan a quien los oye.
Es el intento de dejarse ver en la sociedad de hoy, en la
que cada vez se cree menos en lo que oyen y en la que lo
único que tiene credibilidad son los hechos tangibles que
hacen vivir un poco mejor.
El día 29, será difícil encuadrarlo en un esquema en el que
se contente a unos y se ponga en entredicho a los
contrarios, porque tal y como está planteado es un día en el
que muchos van a tener pérdidas y casi nadie, o nadie, va a
salir ganando algo.
Y digo esto, porque una Huelga General, al menos en teoría,
debe ser una cosa seria a la que se recurra cuando no quedan
otros cauces distintos a ella y los sindicatos que son los
que la promueven, es posible, que tuvieran otros cauces que
no han elegido, el primero de ellos ser independientes, algo
que no han sido y dudo mucho que, desde ahora, lo vayan a
ser.
Por la parte contraria, esto es, por parte del Gobierno,
bien se debiera saber con quien se están gastando “los
cuartos”, nunca mejor dicha esta frase, pero entre sus
errores seguirá “protegiendo”, no quiero decir comprando,
como lo ha venido haciendo, aunque fuera para tenerlos
atados, bien atados, a los propios sindicatos.
Ahora, a pocas horas ya de esa Huelga General, mal
planteamiento, me parece a mí y peor solución, con un día
oscuro, puede que calentito, pero con muy pocos visos de ser
la solución para el futuro más inmediato. Y no será una
solución, porque la situación se ha deteriorado más de la
cuenta ya.
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