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La activista sudafricana Helen
Lieberman confirmó ayer, por si a alguien le quedaba alguna
duda, lo acertado de la decisión del Premio Convivencia 2010
que decidió concedérselo a ella. La profesional sanitaria
que hizo de la lucha contra el racismo institucional que
campaba a sus anchas en su país ha sabido captar en pocos
días (muchos si se comparan con la ridícula estancia que
algunos galardonados que la precedieron tuvieron en Ceuta)
la esencia de una ciudad que aspira a hacer de su
multiculturalidad y de la ensalada de religiones y
tradiciones que la vertebran una de sus enseñas principales.
Lieberman será, a juzgar por sus palabras sobre Ceuta, una
magnífica embajadora de lo que quizá no es del todo aún pero
que pretende conseguirlo pronto.
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XLa Dirección Provincial del
Ministerio de Educación ha sabido tener la agilidad
suficiente para, en apenas quince días, estar dispuesta a
solucionar, hoy mismo, el problema que generó en la Escuela
Oficial de Idiomas la retirada de uno de los 18 profesores
que habían formado su cupo docente durante los dos últimos
años. Fuese quien fuese la parte que eligió detraerlo de
árabe, la opción dejaba a cientos de ceutíes sin uno de los
monográficos de mayor aceptación (y, por lo tanto, también
rentabilidad), el de dariya, y sin la aspiración de poner en
marcha un nuevo grupo de árabe básico. Que la Administración
haya sido sensible con esta problemática es un motivo de
elogio y de buena disposición que debe mantener en otros
retos pendientes.
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OPINIÓN / EDITORIAL
