El traspaso de la gestión de las políticas activas de empleo
al País Vasco que el Gobierno socialista concretará en breve
tras el pacto alcanzado con el PNV para aprobar los
Presupuestos Generales del Estado dejará a Ceuta y a
Melilla, como ocurre con Sanidad o Educación, como los
únicos territorios de todo el Estado que no tengan
transferidas dichas competencias. El Ejecutivo ceutí tampoco
piensa pedirlas.
El Gobierno que preside Juan Vivas no tiene la menor
intención de solicitar al Estado, como ha hecho y conseguido
(bonificaciones empresariales incluidas) Euskadi, la
transferencia de la gestión de las políticas activas de
empleo. Hasta ahora el País Vasco y las dos ciudades
autónomas eran las únicas Autonomías sin ellas.
En un mes el Gobierno de Vitoria adelantará, sin embargo, a
todas las demás, lo que ha generado una nueva ola política
reivindicativa en todo el país para ampliar el techo
competencial de los Ejecutivos autonómicos.
Ceuta no seguirá ese camino. Según explicó ayer el consejero
de Hacienda ceutí, Francisco Márquez, en los tiempos de
crisis que corren “las prioridades de la Ciudad no se
orientan hacia solicitar al Estado ninguna transferencia”.
El Gobierno local mantiene una postura parecida en relación
con otras áreas como Sanidad y Educación que el Estado sigue
gestionando únicamente en Ceuta y Melilla, aunque esta
última ciudad sí desea hacerse cargo de alguna de ellas.
El presidente melillense, Juan José Imbroda, apuntó el
pasado viernes, sin ir más lejos, que si Melilla no recibe
más transferencias no es porque en la ciudad no exista un
partido como el PNV, sino “por no tener un presidente del
Gobierno en condiciones”.
Respecto al caso concreto de la transferencia en Educación
Imbroda aseguró que “con el Gobierno que tenemos no hay
posibilidad alguna de que Melilla reciba esta
transferencia”, pese a que se ha planteado, afirmó,
repetidamente.
El Gobierno central destina cada año aproximadamente 20
millones de euros a cada una de las dos ciudades autónomas
para sus políticas activas de empleo. En Ceuta el Ejecutivo
que preside Juan Vivas complementa esas partidas con otros
cinco.
Las políticas activas de empleo son sobre todo los cursillos
de formación para los parados y la intermediación en el
mercado laboral, es decir, la tarea de recoger las ofertas
de trabajo y cruzarlas con las demandas. También incluye la
formación continua.
Se supone que la transferencia a las Autonomías de estas
competencias permite una mejor gestión. En el caso de
Euskadi, por ejemplo, adaptando los cursillos de formación a
una economía industrial como la vasca, que siempre necesita
más mano de obra con mayor grado de especialización.
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