Recién salido el sol, los templos ceutíes abrían sus puertas
para recibir a la llamada ‘madre Teresa de Sudáfrica’, que
hoy recibirá entre sus manos el XII Premio Convivencia
Ciudad Autónoma de Ceuta.
Pese a su reciente intervención médica, Helen Lieberman no
ha dudado en disfrutar del ambiente “multicultural y
respetuoso” que se respira por las calles de la ciudad
durante su estancia, y cómo mejor que visitando las
mezquitas, templos e iglesias que caracterizan a cada una de
nuestras religiones, intercambiando miradas con las
divinidades que en ellos se profesan.
Con la llama del ‘arti’ hindú se inició el paseo por la
multiculturalidad de la condecorada por su lucha en la
igualdad entre blancos y negros. Las deidades y más de
cuarenta fieles recibieron a Lieberman con los brazos
abiertos; la historia de la llegada de esta comunidad a
Ceuta, sus ritos y costumbres hicieron que la ‘madre Teresa
de Sudáfrica’ quedase impactada por “la espiritualidad que
se respira en un templo que resulta precioso a la par que
sugerente˝.
Tras ofrecer a Ganesha los frutos benditos, Helen Lieberman
emprendió el camino hacia la mezquita de ‘Muley el Mehdi’,
donde las anécdotas en el interior de la sala del rezo
trasladaron a la condecorada por la Fundación Convivencia a
sus años de mayor lucha por el respeto, la tolerancia y la
igualdad sin colores, religiones, sexos o razas. “En los
tiempos del apartheid, no sólo se enfrentaban blancos y
negros. También los musulmanes rechazaban esa equidad entre
hombres y mujeres ya que ellos, cuando veían a sus esposas
con los niños en la calle, no lo soportaban. Así que creamos
un centro en el que las musulmanas pudieran pasar su
estancia en un sitio cerrado con sus hijos”, relataba
Lieberman, a la que una de las alumnas del colegio coránico
hizo entrega de un precioso ramo de bellas flores que ella
agradeció con la mejor de sus sonrisas.
Para finalizar la ruta por los templos religiosos, la
condecorada, siempre junto a su esposo Michael, se trasladó
a la iglesia de Nuestra Señora de África, donde las rosas
rojas provocaron, una vez más, que la ‘madre Teresa’ se
emocionara e insistiera en recalcar que “el carácter humano
de Ceuta y sus ceutíes debería declararse universal en esa
motivación por convivir con cuatro culturas”. Lieberman
recogerá hoy su merecida distinción por contribuir a la
causa humanitaria en el Salón del Trono aunque no se
despedirá de la tierra ceutí sin compartir con el resto de
su comunidad, la hebrea, la festividad de ‘Sukot’, por lo
que no sólo el galardón llevará en su corazón el XII Premio
Convivencia.
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