Jallal Chekara es el sobrino del Camarón del Magreb, su tío
Abdessadak, que fundó la orquesta que lleva por nombre el
apellido de su linaje. Vive a caballo entre Granada y Tetuán
y en ambas ciudades se siente como en casa cocinando ese cus-cus
flamenco que el grupo lleva paseando por el mundo más de
medio siglo y que hoy atraca, por fin, en Ceuta.
La Fundación Premio Convivencia ofrecerá esta noche (22.00
horas, gratis) a los ceutíes en el Patio de Armas de las
Murallas Reales la posibilidad de contemplar el directo el
resultado de los cincuenta y dos años de trabajo que la
Orquesta Chekara ha dedicado a fundir los sonidos de dos
pueblos tan distintos y tan iguales como el marroquí y el
andaluz.
El germen lo puso en 1958 bajo el nombre de Orquesta de
Música Andaluza de Tetuán el músico y cantaor Abdessadak
Chekara, al que según recuerda hoy su sobrino Jallal,
director del grupo desde hace 14 años, le llamaban el
Camarón del Magreb porque además de tocar el violín cantaba
que se las pelaba, y le ayudó a que floreciera su hijo, el
laudista Abdula Chekara. Al lado de ambos aprendió, antes de
tomar la batuta de la orquesta, su nuevo director, Jallal
(Tetuán, 1974), que también nació en la antigua capital del
Protectorado.
Las trayectorias de los dos Chekara son, hasta cierto punto,
parejas. El tío aterrizó en Granada en 1983 para poner en
escena el espectáculo ‘Macama Jonda’ con la participación de
Enrique Morente, Antonia La Negra, Luis Heredia El Polaco y
Jaime Heredia El Parrón, entre otros artistas flamencos.
El cantaor del Albaicín, que también ha dado pie a otro
linaje musical de postín a través de su hija, Estrella
Morente, llamó a Jallal en 1999 y le dijo aquello tan
flamenco de “Vente pá Madrid” y el joven director le hizo
caso. “Me fue interesando la posibilidad de proseguir en la
fusión entre ambas músicas”, explica el líder de la
orquesta, que dos años después comenzó a vivir a Caballo
entre Granada y Tetuán, sintiéndose en ambas “como en casa”.
“Me di cuenta”, explica, “del trabajo que todavía quedaba
por hacer para relacionar el flamenco con la música andalusí
y nos pusimos a trabajar en ello. Ahora, cuando actuamos, la
gente ya no se extraña de que hermanemos esas músicas”, se
congratula Jallal Chekara, que hoy, aprovechando el legado
de su tío, relaciona la talla de Tetuán con los tangos
extremeños, el Habib el Kalb con la farruca o el Habib el
Kamar con los cantes abandolaos: “Los tanguillos los
conocemos en el norte de Marruecos como Amulati y la soleá
es un canto del monte de Marruecos”, resalta.
‘La Chekara y el flamenco. 1ª parte’ [Música es Amor Records,
2009] es el título del último disco de la orquesta, en el
que recopila, expone y refleja su intensa relación musical
con el arte jondo.
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