Treinta minutos duró la entrevista-encuentro, pasada la
medianoche de ayer que mantuvieron el jefe del gobierno
español y el rey de Marruecos en la sede de la ONU donde
escenificaron -”la foto es lo importante”, le comentó
Zapatero a Mohamed VI- las buenas relaciones de vecindad
existente entre ambos países pese a los conflictos vividos
recientemente en la frontera de Melilla, las declaraciones
de los ministros marroquíes, la constante llegada de balsas
con subsaharianos a las costas españolas, la situación de
los embajadores en Rabat y Madrid, y el continuado problema
del Sáhara. La foto, el apretón de manos y poco más.
Poco más que un saludo cordial entre los mandatarioes
español y marroquí en un encuentro en Nueva York que se
inició pasada la medianoche en España y que duró escasos
treinta minutos.
El Rey de Marruecos, Mohamed VI, y el jefe del Gobierno
español, José Luis Rodríguez Zapatero, se reunieron en la
ONU y acordaron mantener el “respeto” y la “buena voluntad”
para superar los problemas que pueden tener dos países
vecinos.
Ésta fue la principal conclusión que presentó Zapatero a los
medios de comunicación tras su entrevista con el monarca
alauí en la sede de la Organización de Naciones Unidas, una
cita de alrededor de media hora en la que, según dijo, no
entraron en detalles al hablar de Melilla, en cuya frontera
se registraron varios incidentes el pasado mes de agosto.
Zapatero calificó la reunión de “muy positiva” porque
reafirmó los principios de colaboración, buena relación,
cooperación, entendimiento y sinceridad con los que España
viene trabajando con Marruecos en los últimos años, desde
que él llegó al poder.
La entrevista, en la que participaron los ministros de
Exteriores de ambos países, Miguel Ángel Moratinos y Taib
Fassi-Fihri, comenzó con un caluroso apretón de manos
durante el que Mohamed VI saludó a Zapatero en castellano.
“La foto es lo más importante”, señaló el presidente del
Gobierno español al monarca alauí mientras posaban
sonrientes ante los fotógrafos y las cámaras de televisión.
En la reunión, ambos acordaron celebrar en Marruecos a
principios de 2011 la próxima Reunión de Alto Nivel
bilateral, encuentro con periodicidad anual que no tiene
lugar desde 2008.
Esa cumbre servirá para hacer un repaso a las relaciones
entre los dos países y analizar las prioridades conjuntas,
entre las que Zapatero destacó la inmigración, la Unión por
el Mediterráneo, el Magreb y los proyectos económicos en
materia de energías renovables.
De puntillas
Según explicó, al hablar de Melilla ambos se centraron en la
política migratoria y, sin entrar en circunstancias
concretas, -en referencia a los incidentes del verano-
acordaron que los ministros de Exteriores se mantengan en
“permanente colaboración” para resolver los problemas que se
produzcan.
“No ha sido necesario descender a ningún detalle”, reiteró
Zapatero antes de recordar la “determinante” colaboración de
Marruecos para acabar con los asaltos de inmigrantes de
origen subsahariano a las vallas fronterizas de Ceuta y
Melilla, pero se olvidó las constantes llegadas de balsas a
las costas españolas que parten desde las playas del norte
marroquí.
Según manifestó Zapatero, todas las cuestiones se abordan
“con buena voluntad, cada uno desde sus posiciones y con
resultados positivos, que es lo que interesa”.
Zapatero hizo hincapié en la “importancia estratégica
decisiva” que tiene para España la relación con Marruecos,
se mostró convencido de que atraviesa un buen momento y
aseguró que ambos gobiernos proseguirán con ese trabajo
“fructífero” en beneficio de la estabilidad y de la
seguridad para ambos países.
En este contexto, auguró que en un “breve” plazo de tiempo
estará en Madrid el nuevo embajador marroquí, Ahmedu Uld
Suilem, y que también pronto llegará a Rabat el relevo del
embajador español Luis Planas.
Tras esta entrevista, queda pendiente el encuentro
“informal” que acordaron mantener a mediados de agosto
Mohamed VI y el Rey de España, quien telefoneó al monarca
alauí después de que Rabat denunciara agresiones a varios de
sus ciudadanos por parte de la policía española en la
frontera de Melilla
Zapatero destacó que la buena relación entre ambos monarcas
facilita la relación entre los dos países y aseguró que el
Gobierno ve “con simpatía” un encuentro que, dijo, es
“probable” que se celebre.
A pesar de que la reunión de tuvo lugar en la sede de la
ONU, la institución más involucrada en la búsqueda de una
solución para el Sáhara Occidental, este conflicto no estuvo
en la agenda. Según apuntó el jefe del Ejecutivo español, el
Gobierno conoce desde hace tiempo el plan de autonomía para
el Sáhara que promueven las autoridades marroquíes y
mantendrá una actitud “constructiva y colaboradora” con la
ONU. No obstante, añadió, Mohamed VI sabe que “la solución
es el acuerdo y sólo un acuerdo nos lleva a la solución”. En
este contexto, confió en que la nueva ronda de diálogo y de
negociación abierta entre ambas partes ofrezca salidas a un
conflicto “extremadamente difícil” y que lleva décadas
pendiente.
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