El 21 de septiembre es la fecha establecida por la OMS para
celebrar el Día Mundial del Alzheimer, enfermedad
neurodegenerativa que afecta en España a más de 3,5 millones
de personas, entre quienes la sufren directamente y sus
familiares cuidadores.
Como tantas otras enfermedades, el Alzheimer tiene su propio
Día Mundial para acercar a la sociedad esta enfermedad, de
cuya existencia se tiene constancia desde hace más de cien
años, pero para la que todavía no se ha encontrado solución.
Igualmente, durante estos días las Instituciones parecen
mostrarse más solidarias con las personas afectadas,
representadas por las Asociaciones de Familiares de Enfermos
de Alzheimer, casi 300 integradas en CEAFA, Confederación
Española de Asociaciones de Personas con Alzheimer y otras
Demencias.
Esta enfermedad es un problema que, día a día, se va
instalando en el seno de miles de familias, minando los
corazones de sus miembros. El Alzheimer es un problema
perenne, una verdadera prioridad socio-sanitaria que debe
ser objeto de atención específica por parte de las
Administraciones. La Ley de la Dependencia, está suponiendo
un importante revulsivo en la política del bienestar social,
pero no cubre la totalidad de las necesidades de las
familias afectadas. Su incipiente entrada en la escena
socio-política y su desigual aplicación territorial impiden
a la norma dar la cobertura integral que las personas con
Alzheimer y sus familiares necesitan.
Si otros países de nuestro entorno más próximo, como
Francia, Reino Unido, Holanda, Noruega… han dado el paso
hacia la puesta en marcha de Planes Nacionales de Alzheimer,
¿por qué en España todavía no disponemos de una herramienta
similar? Seguro que no es por falta de voluntad política,
pues nos consta el apoyo de la Comisión de Sanidad del
Senado y el interés del Ministerio de Sanidad y Política
Social al respecto. Espero sinceramente que en este empeño
no entren en juego otro tipo de intereses –partidistas,
economicistas u otros- que lapiden cualquier proceso de
avance hacia la aprobación de una Política de Estado de
Alzheimer.
Desde CEAFA, apostamos por una política valiente para luchar
contra la enfermedad, que no esté condicionada por plazos,
ni por condicionantes presupuestarios que mediatizarían su
viabilidad, aplicación y efectividad; en definitiva, una
Política de Estado de Alzheimer que aúne nuestras voces y
esfuerzos, porque “JUNTOS PODEMOS”
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