La Legión celebró ayer el 90 aniversario de su creación, que
tuvo lugar de manos de Millán-Astray en 1920, y otorgó en
este acto especial la distinción de ‘Legionario de Honor’ a
la Ciudad Autónoma y “a todos los ceutíes”. Fue su
presidente, Juan Vivas, el encargado de recoger la
mencionada distinción y de colocarse el chapiri, mientras
que también se ocupó, en compañía del coronel Federico
Navarro Quílez, jefe de la ‘IV Bandera’, de ofrecer la
tradicional corona de laurel en homenaje a todos los que
entregaron su vida luchando por España. El solemne evento
estuvo también marcado por la concesión de otros
reconocimientos.
La bruma cubrió el Acuartelamiento García Aldave durante
toda la mañana e incluso un chaparrón breve pero intenso se
desató sobre los legionarios cuando ayer celebraron el 90
aniversario de la creación de su fuerza. Ellos, sin embargo,
se mostraron completamente impasibles. Todos los miembros
del grupo que en 1920 creó Millán-Astray han pasado pruebas
mucho más duras en su diaria entrega a España y a los demás.
Por eso, y por muchas otras cosas, Ceuta les recompensó ayer
una vez más. Y ellos también recompensaron a la ciudad.
La Legión cumplió ayer nueve décadas de existencia; nueve
décadas que además han sido de unión indisoluble con Ceuta.
Por eso, la ciudad fue nombrada ‘Legionario de Honor’, un
título que recogió su presidente, Juan Vivas, en el nombre
de todos los ceutíes.
El solemne acto tuvo su comienzo con el recibimiento de las
novedades por parte del jefe del Tercio ‘Duque de Alba’ 2º,
Alfonso García-Vaquero, tras lo cual se procedió a la
tradicional entronización del Cristo de la Buena Muerte por
parte de los miembros de las Escuadras de Gastadores.
Posteriormente, llegó el turno de rendir los honores a la
Bandera de España, que fue mecida por el Himno Nacional. Les
sucedió la entrada de las autoridades que presidieron el
acto, el comandante general de Ceuta, Enrique Vidal de Loño;
el antiguo comandante, Fernando López de Olmedo; el delegado
del Gobierno, José Fernández Chacón, y el presidente de la
Ciudad, Juan Vivas.
Con la lectura del Decreto Fundacional de la Legión llegaron
los nombramientos de los ‘Legionarios de Honor’, los cuales
encabezó el de la propia Ciudad, que recogió Vivas, quien
lució el tradicional chapiri en nombre de todos los ceutíes.
Se concedieron, seguidamente, los demás reconocimientos, a
los que siguieron la alocución del jefe del Tercio ‘Duque de
Alba’ 2º, Alfonso García-Vaquero, y el tradicional acto en
honor a todos aquellos que entregaron su vida por España, el
cual vino acompañado por el toque de oración y la salva de
fusilería de la ‘Tercera Compañía de la IV Bandera’.
El acto finalizó con el recital de dos espíritus del Credo
Legionario -’Espíritu del Legionario’ y ‘Espíritu de
Amistad’- y con la retirada de la Bandera de España mecida
de nuevo por los acordes del Himno Nacional. Las unidades
protagonistas del acto adoptaron finalmente la posición de
desfile para marchar ante las autoridades y cerrar 90 años
de unión indisoluble de Ceuta y la Legión.
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Vivas homenajea también a los caídos por España entregando
la corona de laurel en su monumento
Uno de los momentos más emotivos
de la solemne ceremonia fue el acto de homenaje a los
soldados de todos los tiempos que entregaron sus vidas
luchando por España, un acto que no podía faltar en el 90
Aniversario de la Legión, en el cual se recordaron
especialmente a todos los miembros de este grupo que también
lo dieron todo hasta caer a lo largo de sus nueve décadas de
historia.
Fue el propio presidente de la Ciudad, Juan Vivas, que ya
había recogido en el nombre de todos los ceutíes la
distinción de ‘Legionario de Honor’, el que se encargó en
esta especial ocasión de depositar la tradicional corona de
laurel en recuerdo de todos los caídos en su monumento. Le
acompañó en este homenaje el teniente coronel Federico
Navarro Quílez, jefe de la ‘IV Bandera’.
Fueron la Banda de Música de la Comandancia General de Ceuta
y la Banda de Guerra del Tercio ‘Duque de Alba’ 2º las que
se encargaron de interpretar el Toque de Oración en Honor a
los mencionados caídos. Antes de este Toque de Honor, el
capellán entonó una especial oración dedicada a recordarlos
a todos ellos.
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