Igual que visitar Melilla, es un
lujo para cualquier español que llega a un terreno en el que
no se siente extraño y en el que ni se ha puesto, ni se pone
en duda la españolidad de estas dos ciudades autonómicas.
Y todo esto viene a cuenta de esa serie de líos que han
querido “vender” algunos vende patrias , tras la visita de
Mariano Rajoy, hace muy pocos días, a la Ciudad Hermana de
Melilla.
Que se molesten en Marruecos, por esta visita, debe
importar, y así le importa un bledo al líder de la
oposición, y que se moleste alguien en nuestro país es el
síndrome más grande, en estos días, de la gilipollez que
aportan ciertos deseos de “amistades peligrosas”, a costa de
lo que sea.
Y como una sola visita es poco, el próximo ejercicio, acaso
deber, que le cabe a Mariano Rajoy, es darse una vueltecita
por Ceuta, donde será recibido con el cariño y con todos los
honores que merece esa visita a una ciudad que, desde fuera
se puede ver como se vea, pero desde dentro, desde aquí,
jamás se ha dudado de su españolidad.
Y ya son varios años los que Ceuta lleva recibiendo visitas
especiales, desde aquel momento en el que el ex presidente
Adolfo Suárez, en unos momentos complicados para él, no tuvo
el menor inconveniente en llegar a Ceuta, como presidente
que era, aunque al mes de aquella visita él tuvo que
dimitir.
Posteriormente hubo visitas importantes con José María Áznar,
José Luis Rodríguez Zapatero, por supuesto Sus Majestades
los Reyes de España y ahora no estaría mal que viniera el
propio Rajoy, como líder de la oposición.
¿Qué malo hay en una visita de este tipo?. De malo nada, de
bueno o muy bueno todo, por cuanto una visita así es apoyar
y animar a todos los que vivimos en Ceuta, para seguir
actuando como lo hacemos y para quitar cualquier duda de
abandono, desde el Gobierno, desde la oposición o desde la
Jefatura del Estado.
Cuando , en días pasados, yo veía, que no leía, cierto
escrito, en un periódico de ámbito nacional, en el que se
ponía incluso fecha para la “entrega” de estas dos ciudades
a un país que es más joven que las propias Ceuta y Melilla
bajo la égida de España, no pude por menos de decir:”¿De
donde sale ahora este gilipollas?”. Fue la frase que me
salía del alma, al tiempo que alguien que tomaba un café a
mi lado, mientras leía la prensa me decía:” Mira, Jesús, la
ignorancia es muy atrevida y si esa ignorancia va unida a
progresía barata, lo es mucho más”.
Era la sentencia de un hombre sensato que diariamente, tras
comprar la prensa, se queda allí mismo tomando el primer
café del día.
Pero es más, cuando sobre ese tema hacíamos algún comentario
con personas no dudosas sobre sus puntos de vista, en la
mayor parte de los casos la respuesta venía a ser:” Si todos
los problemas que hay en España fueran como el problema que
quieren ver ciertos miopes, con Ceuta o con Melilla, España
sería el país sin problemas”.
Esto debería pensarlo, también, Mariano Rajoy y venirse un
día de estos a conocer una ciudad moderna, amable, acogedora
y, por encima de todo, española.
Se hace necesaria la visita de Rajoy, no para reivindicar
nada, sino para que conozca bien nuestra ciudad, por aquello
de que un día puede ser él el presidente de España que es
donde Ceuta está y donde va a seguir estando.
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