Después de decir que las aguas
habían vuelto a su cauce tras la visita de Rubalcaba a
Marruecos, el primer ministro del país vecino decidió ayer
agitarlas de nuevo con una ridícula misiva en la que, en
calidad de secretario general del partido nacionalista
Istiqlal, tilda de “provocadora” la visita que el líder del
Partido Popular, Mariano Rajoy, tiene previsto realizar hoy
a Melilla. Es una reacción similar a la que provocaron los
viajes del Rey Don Juan Carlos y Zapatero a las ciudades
autónomas e incluso las más reciente, casi como ciudadano de
a pie de José María Aznar. La respuesta del Gobierno ha
sido, esta vez sí, rápida y contundente, como debe ser: el
líder de la oposición es libre de viajar y visitar cualquier
ciudad española que estime.
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